Entre los inversores reina un clima de desconfianza de tal magnitud que las palabras que provienen del mundo de la política perdieron su peso específico. Lo que dice por estas horas un candidato o un funcionario (incluido Mauricio Macri, que reúne ambas condiciones) se vuelve un comentario figurativo, que al final del día solo queda registrado en los medios y nada más. El principal dato al que le dio crédito el mercado en la era post PASO fue la afirmación de Alberto Fernández de que el dólar a $ 60 era razonable. El otro fue que apuntaría a una renegociación de la deuda a la uruguaya. Pero la falta de una perspectiva sobre qué puede suceder la semana que viene también diluyó esa creencia. Las especulaciones anticipan mayor control cambiario, con la chance de que la brecha actual obligue a blanquear un tipo de cambio más alto, y un plan de pago con algún tipo de quita.

El candidato del Frente de Todos viene asegurando que si finalmente gana el domingo, en términos financieros el lunes no debería pasar. Pero su promesa de "cuidar las reservas" es vista de otra manera por los brokers. Si se establece un mecanismo para coordinar la transición, creen que podría establecerse un canal de diálogo económico que facilite la adopción de algunas pautas. En ese marco es donde empieza a mencionarse un desdoblamiento cambiario, una política que en el pasado no sirvió porque no incentiva a que haya más oferta de divisas, sino lo contrario.

Todas estas variantes están en el terreno de lo posible. Pero para los que toman decisiones en la City, posible y probable son sinónimos, cuando en realidad no lo son. Ningún referente del albertismo se ha pronunciado sobre esa posibilidad, que sí es contemplada por quienes miran las ventas diarias de reservas que debe hacer el BCRA y las obligaciones en dólares que quedan hasta fin de año.

En conclusión, Fernández afirma que no debería suceder nada, y el resto (inversores, ahorristas, empresas) se prepara para que pase todo. Como se dijo al principio, las palabras están devaluadas y por eso desde que comenzó la semana el precio del dólar aumenta de manera sostenida, al igual que las brechas con los diferentes valores paralelos (el blue tradicional y el valor de la divisa que surge del arbitraje con bonos).

Mauricio Macri, en tanto, está lanzado a fondo con la campaña. Su cabeza no está en la gestión en estos días, sino en el sueño de forzar una segunda vuelta. Por eso lo que pase el lunes no está aún en su cuadrante, aunque bien podría requerir algo más que una charla con su equipo económico el mismo domingo por la noche. No está prevista, pero tampoco hace falta agendarla. Lo que la Argentina necesita es que ambos contendientes acepten esa noche gestionar las expectativas del lunes de la manera más positiva.