El mercado trae al presente la sombra financiera que despierta el 2020

La compleja coyuntura financiera pone al Gobierno en una situación difícil, porque es el que más tiene para perder con el deterioro y el que menos herramientas tiene para enfrentarlo. El aumento de la prima de riesgo país está ligado a la incertidumbre política, y es probable que esa sensación perdure a lo largo de todo mayo y parte de junio, o hasta que se aclare cómo se armará la oposición para enfrentar a Mauricio Macri. La Casa Rosada no tiene muchas fichas para poner en ese terreno y si bien lo que están juzgando los inversores no es la capacidad de la gestión actual para pagar la deuda, sino lo que puede suceder en 2020, la pata más problemática del asunto es la volatilidad que le imprime al dólar y su consecuente impacto sobre la inflación.

Por suerte para Macri, a abril le quedan solo cuatro días hábiles (uno de ellos con un paro convocado por el moyanismo), con lo cual el impacto de la suba cambiaria en la inflación no va a ser relevante, porque además computará el inicio del plan Precios Esenciales. La duda pasa a mayo, donde no habrá subas de tarifas, pero si arrastre de este dólar.

La Argentina acaba de pasar una revisión del FMI que le permitió recibir u$s 10.700 millones. Junto con ese dinero, se acordó un aplanamiento de la banda cambiaria para anular cualquier expectativa de indexación, aún a riesgo de un atraso cambiario. Marzo, en ese sentido, mostró superávit comercial y un piso en la caída de la industria. Hacienda también exhibió cumplimiento de las metas fiscales, matizado por un relajamiento manejable del gasto para cumplir con algunas medidas del plan alivio.

Como se dijo, mandan las expectativas, no los números. El riesgo es que lo primero se transforme en una sombra persistente sobre lo segundo.

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