Cristina, el salvavidas de la CGT para frenar la reforma laboral de Macri

Si algún dato positivo contabilizaban ayer los principales caciques sindicales tras el amplio triunfo nacional de Cambiemos en la primarias del domingo es que logró despejar el mar de incertidumbre que dominó sus sensaciones en las últimas semanas. Ahora si que vienen por nosotros, se escuchó repetir en la madrugada del lunes a unos cuántos dirigentes que ya se plantean un escenario de disputa total con el Gobierno en el corto plazo. No es el denominador común puertas adentro de la CGT, pero hacen ruido.

La preocupación casi unívoca, más allá de las urgencias que impone la coyuntura económica y social a diaria, se concentra en la avanzada oficial contra las bases de la legislación laboral actual a partir del envión que significó la reforma sancionada en Brasil en julio pasado.

En la cúpula gremial de Azopardo descuentan que la administración de Mauricio Macri irá a la carga por una transformación similar en el mundo laboral local apenas logre atravesar la compulsa electoral definitiva de octubre, pero suponen que si se replican en dos meses los resultados de ayer lograran obtener un aliado clave, y para muchos el menos pensado, para intentar bloquear el avance de la reforma en el Congreso: Cristina Fernández de Kirchner.

Sorprendió que la relevancia de la ex presidenta sentada en una banca del Senado era auspiciada ayer hasta por los más acérrimos críticos de su gestión, entre los que se contaban eternos moyanistas y barrionuevistas. Más previsible se observaba la esperanza acuñada por gordos e independientes, los mismos sectores que huérfanos de un liderazgo peronista capaz de aglutinar y renovar el partido tras los comicios del domingo, promueven bajar la efervescencia social en las calles y suspender la marcha del martes 22 y un eventual llamado a un nuevo paro general.

Nos salvará Cristina, con ella sentada en una banca la reforma laboral no pasará el Congreso, advertían desde uno de los grupos de moderados en medio de los tantos conciliábulos del día destinado a analizar el resultado de los comicios.

Paradigmática, la renovada confianza sindical con la figura de CFK evidencia sin tapujos el tenor de la inquietud que representa para la dirigencia gremial el proyecto de reforma. Incluso antes de la reforma de Temer tomaron nota de los planes que bosquejaban en silencio en algunos despachos de la Casa Rosada.

Estrechos colaboradores del Presidente hicieron trascender de a poco los ejes de la transformación que promueven: la flexibilización de los convenios colectivos de actividad, un impulso a los contratos individuales o por empresa con la inclusión de nuevas categorías de trabajo y la reducción de costos laborales por efecto de eliminación de aportes a los sindicatos y la rebaja de algunas cargas sociales o alícuotas de ART. Sobre esos puntos se cierne todo el temor sindical y la urgencia por prevenir los daños con cierto margen de maniobra.

Un objetivo concreto pero supeditado a las dificultades de la propia conducción cegetista para preservar su unidad como condición indispensable para dar pelea a una profunda embestida contra la vigencia del status quo laboral local.

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