

El 8M es una fecha que nos permite hacer un breve alto en el difícil momento histórico que vivimos para reflexionar sobre el rol de la mujer, cuánto camino nos queda aún por recorrer como sociedad, pero también es una oportunidad para destacar los logros.
Según el informe Women in Science 2020 del Instituto de Estadística de la UNESCO, Latinoamérica y el Caribe es la segunda región del mundo con mayor proporción de mujeres en el ámbito de la ciencia: casi el 46% de las personas que se dedican a la investigación son mujeres, porcentaje que supera ampliamente la tasa mundial del 30%. No obstante, persiste -al igual que en otros ámbitos- la lucha y el desafío por acceder a puestos de mayor relevancia y de liderazgo.
Asimismo, y de acuerdo a los datos disponibles en el informe, con el 54,1%, Argentina es uno de los países de la región con mayor porcentaje de mujeres científicas dedicadas a la investigación.
En particular, considerando el campo de la investigación clínica -actividad específica de los laboratorios farmacéuticos de innovación-, aparecen algunos datos alentadores. De la mano del aumento de la inversión y la cantidad de estudios clínicos para probar medicamentos en la Argentina, también está creciendo el empleo de profesionales en los centros de investigación y se mantiene la participación ampliamente mayoritaria de las mujeres.
Según la última Encuesta sobre Investigación y Desarrollo 2020 publicada recientemente por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, esta actividad generó 3232 empleos para estas tareas de investigación, lo que representa un 17% del total de recursos humanos en I&D del sector empresario. En 2016, esa participación fue del 14,7%.
En ese contexto, las mujeres alcanzan al 69% del personal en las empresas de I&D. El relevamiento indica que ese nivel de participación femenina es el más alto entre todos los sectores (productos farmacéuticos, productos químicos, alimentos y bebidas, petróleo, gas y minería, y automotriz, entre otros) y duplica el promedio del sector empresario en su conjunto.
Por todo ello, podemos afirmar que en el campo de la ciencia y la investigación el rol de la mujer es muy claro y, sin duda cuenta con un reconocimiento significativo.
Pero también hay oportunidades de mejora: si bien en la Argentina, el 50% de los proyectos de investigación son dirigidos por investigadoras, todavía ellas reciben menor financiamiento que sus colegas hombres, según datos del Diagnóstico de equidad de género en ciencia y tecnología del Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de la Nación.
A diferencia de otros tantos sectores de la economía, en la industria farmacéutica de innovación de la Argentina la paridad de género es un distintivo. En las empresas asociadas a la Cámara Argentina de Especialidades Medicinales (CAEME) el 50,3% de los empleados son varones y el 49,7%, mujeres. Estas proporciones se mantienen además en los cargos más altos, como son los puestos directivos y gerenciales.
Los laboratorios asociados a CAEME iniciaron también hace ya varios años el camino de superar una de las grandes diferencias que persisten en el mercado laboral: las licencias por maternidad y paternidad. Uno de nuestros socios fue el primer laboratorio en igualar las licencias parentales y ofrecer seis meses de licencia paga por maternidad o paternidad. Hoy, el 64% de los laboratorios asociados ofrece a sus empleados licencias por paternidad por encima de lo que indica la ley argentina.
La lucha por la igualdad de derechos y la no discriminación requiere compromiso y una visión de mejora continua. Es un trabajo de todos los días que nos permitirá elevar la vara y finalmente lograr una sociedad más justa y equitativa para todos los que formamos parte de ella.













