

Un avance científico comenzó a sacudir las bases de la industria del oro, al demostrar que es posible recuperar este metal precioso de una manera mucho más limpia y eficiente que los métodos tradicionales. Durante años, la extracción estuvo asociada a altos costos, contaminación y riesgos ambientales, pero esta nueva línea de investigación abre un escenario completamente distinto.
El logro fue alcanzado por un equipo de investigadores en Suiza, que consiguió obtener oro de 22 quilates a partir de residuos electrónicos cotidianos, como placas y componentes descartados. El procedimiento evitó el uso de sustancias altamente tóxicas, un punto clave que lo convierte en una alternativa sustentable frente a las técnicas convencionales.
El descubrimiento fue desarrollado por científicos del prestigioso Instituto Federal Suizo de Tecnología de Zúrich (ETH Zurich), una universidad pública fundada en 1854 y reconocida mundialmente por sus aportes en ciencia e ingeniería. El estudio reavivó el interés global por el reciclaje tecnológico como fuente real de metales valiosos.
El oro escondido en la basura electrónica
En paralelo, una investigación proveniente de Australia reforzó esta tendencia al presentar un método complementario para recuperar oro de componentes electrónicos. La técnica permite alcanzar niveles de pureza extremadamente altos sin recurrir a químicos agresivos, lo que podría marcar un antes y un después en los sistemas de reciclaje industrial y en la gestión de residuos tecnológicos.
Los primeros resultados difundidos por los investigadores revelan cifras sorprendentes: el material obtenido supera el 99% de pureza, un nivel difícil de alcanzar incluso con técnicas tradicionales de refinamiento.
El nuevo enfoque para la recuperación de oro
El equipo interdisciplinario de Flinders University, en Australia, desarrolló un procedimiento que reemplaza el uso de cianuro uno de los compuestos más cuestionados por su toxicidad por ácido tricloroisocianúrico (TCCA), una sustancia que se utiliza habitualmente en la desinfección de agua.

Pero el verdadero avance está en la utilización de un polímero de azufre capaz de unirse selectivamente al oro disuelto. Tras un proceso controlado de calentamiento o tratamiento químico, el metal precioso se libera en forma pura y el polímero puede reutilizarse, lo que convierte al método en una opción sostenible y económica
Además de este hallazgo, un grupo de investigadores de ETH Zurich, Suiza desarrolló un proceso innovador que permite extraer oro de 22 quilates a partir de componentes electrónicos desechados.
¿Cómo impacta en la producción de empleo y la economía?
Este avance no solo abre la puerta a un reciclaje más seguro de componentes electrónicos, sino que también plantea un cambio de paradigma en la minería. Al prescindir del cianuro, el nuevo proceso reduce riesgos ambientales y sanitarios, aportando soluciones alineadas con la economía circular.
Entre sus principales beneficios se destacan:
- Reducción de desechos electrónicos
- Recuperación efectiva de oro
- Generación de empleo
- Impulso a la economía circular
Hacia una nueva era en la gestión de residuos electrónicos
Además, se estima que la innovación podría crear nuevas oportunidades de empleo en áreas como la gestión de residuos tecnológicos, la ingeniería química y la sostenibilidad industrial.
El descubrimiento, todavía en etapa de investigación, ya proyecta un futuro donde la extracción de oro se vuelve más limpia y eficiente, con beneficios tanto económicos como ecológicos.











