Una conversación telefónica privada entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el empresario radial John Catsimatidis se convirtió en una pieza clave para confirmar un ataque estadounidense en territorio venezolano. El audio, grabado el viernes y viralizado recién el domingo en redes sociales, contiene una frase que encendió las alarmas diplomáticas en la región.
“Tenían una gran instalación desde donde salían los barcos. Hace dos noches la eliminamos”, afirmó Trump durante el diálogo, al referirse a acciones de su administración contra el narcotráfico vinculado a Venezuela.
En ese intercambio, el mandatario estadounidense reaccionó a comentarios sobre Venezuela resaltando que su gobierno había intensificado las operaciones contra embarcaciones utilizadas para el tráfico de drogas, una estrategia que hasta ese momento se había concentrado principalmente en aguas internacionales del Caribe.
Qué se sabe del ataque mencionado por Trump
Las declaraciones del presidente coincidieron con una información publicada por el New York Times, citando fuentes oficiales bajo anonimato, que reveló que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) llevó a cabo un ataque con drones contra una instalación portuaria en Venezuela.
Según el reporte, retomado por EFE, el objetivo fue un muelle presuntamente utilizado por la banda criminal Tren de Aragua para almacenar estupefacientes y preparar su envío por vía marítima. Las fuentes indicaron que no había personas en el lugar al momento del impacto, por lo que no se registraron víctimas mortales.
Consultado posteriormente por periodistas, Trump confirmó la autoría estadounidense del ataque, aunque evitó precisar detalles operativos. “Hubo una gran explosión en la zona del muelle donde cargan las drogas en los barcos”, sostuvo durante declaraciones realizadas en su residencia de Mar-a-Lago, en Florida.
Un giro en la estrategia de Estados Unidos contra Venezuela
De confirmarse oficialmente, este operativo marcaría la primera acción militar conocida de Estados Unidos dentro del territorio venezolano en el marco de su política antidrogas, que hasta ahora se había limitado a la intercepción y destrucción de embarcaciones en alta mar.
El propio Trump había anticipado este cambio semanas antes. El 13 de diciembre, durante una rueda de prensa en el Despacho Oval, anunció que su gobierno comenzaría a realizar operaciones terrestres, aunque luego matizó que estas acciones no necesariamente debían ejecutarse en suelo venezolano, sino contra “personas que traen drogas a Estados Unidos”.
En paralelo, el Pentágono desplegó drones MQ-9 Reaper en la región, como parte del refuerzo aeronaval estadounidense en el Caribe, una presencia que Washington justifica como lucha contra el narcotráfico, pero que Caracas interpreta como una amenaza directa.
Reacción de Venezuela y escalada regional
El Gobierno de Nicolás Maduro evitó pronunciarse de manera directa sobre el ataque al muelle. Sin embargo, el ministro del Interior, Diosdado Cabello, denunció una serie de acciones de acoso, amenazas y agresiones por parte de Estados Unidos.
Las tensiones se profundizaron en las últimas semanas tras el anuncio de bloqueos a buques petroleros sancionados, la confiscación de embarcaciones que transportaban crudo venezolano y la destrucción de decenas de lanchas vinculadas al narcotráfico, operaciones que Trump asegura redujeron en un 96% el ingreso de drogas por vía marítima.