
Eduardo Press es un consultor de empresas familiares y se reconoce como fanático de los deportes. Le gusta el fútbol y, como tantos, siguió de cerca también el último mundial de básquet. Hablar de sus dos pasiones en un medio especializado en negocios hoy no es descabellado. De hecho, son muchos los futbolistas y directores técnicos que, reconocidos por sus habilidades de liderazgo en el deporte, capacitan o dan charlas a empresarios deseosos de ser mejores líderes. Sin embargo, para Press el trabajo es el trabajo y el deporte, un espectáculo que disfruta entre amigos. Aunque no niega las habilidades de liderazgo de los directores técnicos o capitanes de equipo, Press se pregunta si el mundo del deporte es tan comprable con el de las corporaciones como para que los líderes de empresas se deban concentrar en lo que hizo, por ejemplo, Pep Guardiola cuando en 2009 se consagró como el primer entrenador de fútbol del mundo por conseguir seis títulos oficiales en un mismo año.
En el mundo deporte y en el de la empresa, reconoce Press, hay similitudes. "En ambos la formación de equipos es el resultado de un proceso. Ni en el deporte ni en la empresa los equipos se construyen de un día para el otro; en ambos se requiere esfuerzo, talento, trabajo y conocimiento. Se necesitan liderazgos claros y con continuidad de una línea de pensamiento. Además, comparten el sentimiento de pertenencia y la necesidad de integración colectiva", remarca.
Aunque cada vez más aparece literatura sobre qué puede enseñarle el deporte al management empresarial, Press se anima a asegurar que, en realidad, es el management de las empresas el que aportó más al mundo del deporte. “Por ejemplo ya en los 90, Peter Senge en su libro La quinta disciplina hablaba de la importancia de una visión. Los otros días los basquetbolistas, como gran novedad, decían que el gran valor del equipo es que comparten la misma visión , dice sonriendo.
Sin embargo, si se insiste en imitar las habilidades de los líderes deportivos, es necesario conocer también las diferencias.
Veamos las diferencias:
Éxitos y fracasos: en el deporte los resultados son inmediatos. En 90 minutos se gana, se pierde o a lo sumo se empata. En una empresa, los éxitos o los fracasos se visualizan, impactan y se miden a mediano o largo plazo. Además, ¿qué consecuencias puede traer el resultado de un partido? Ninguna, a lo sumo emocionales. Ahora, cuando una fábrica cierra las consecuencias son "garrafales".
"Los éxitos de una empresa difícilmente se pierdan al día siguiente. Si una empresa está bien administrada sus éxitos perduran en el tiempo. En el deporte, hoy se gana y mañana se pierde", remarca.
Además, en el deporte los puntos que gana un equipo los pierde el contrincante. En cambio, en las empresas existe la ecuación Ganar – Ganar. "Pueden convivir dos empresas exitosas en el mismo rubro aunque compitan. Como empresario no pienso en cómo hacer para que mi competencia pierda y cierre; de hecho existe la figura de competencia desleal y está penada", explica.
La edad de la experiencia: la estrella de un equipo, observa Press, tiene alrededor de 20 años; cuanto más joven más energía. En una empresa, una persona tan joven difícilmente tenga un puesto jerárquico, ya que se supone que aún no acumuló la experiencia ni el conocimiento necesario. Existen excepciones, pero por lo general los empleados con funciones de responsabilidad tienen alrededor de 35 – 40 años.
Además, agrega, en un equipo deportivo los integrantes pertenecen a una misma generación. En una empresa pueden convivir tres o cuatro generaciones, por lo que el líder debe gestionar equipos con diferentes culturas, objetivos, hábitos y modos laborales.
Exposición: el deporte funciona como espectáculo con espectadores. Los partidos se relatan, los resultados se publican; incluso la vida de los jugadores son parte de las noticias. Las empresas no tienen público; a lo sumo clientes fieles. "En el deporte la exposición y el público funcionan como motivadores; en las empresas las motivaciones pasan por otro lado", dice.
Además, grafica, los éxitos deportivos se festejan con bombos y matracas. "¿Alguien pueden imaginar el festejo masivo por la primera exportación de una empresa en el Obelisco?"
Patrocinadores: aunque en algunos casos el Estado puede ser patrocinador de una empresa; por lo general la plata es de ellas. En cambio, los deportes siempre tienen sponsors.
Uno más uno no siempre es dos: teniendo en cuenta los desaciertos, agrega Press, en ambos mundos las recetas no necesariamente funcionan en todos los contextos. Es decir, una táctica exitosa en un River - Boca no significa que vuelva a funcionar en un River - San Lorenzo. Los mismo pasa en las empresas, una estrategia de mercado exitosa en Argentina no necesariamente funciona en Perú o China.
Por todo ello, hay que ser cuidados con las comparaciones. "Hay que saber que las fórmulas del éxito no suelen contemplar los fracasos. Hay mucha literatura sobre qué es lo que hay que hacer y no en management. Muchos pasos a seguir tal receta de cocina. Pero hay que decir también que se corre el riesgo de que la receta se convierta en una exigencia inalcanzable y resulte frustrante para las personas", concluye Press, pateando al arco.










