A los 17 años José Sasson estaba decidido a iniciar su propio negocio. Con apenas unas tijeras y los retazos de tela que conseguía en la sedería de sus padres en Lanús empezó a confeccionar manteles y colchas para cunas, que luego él mismo se encargaba de vender.

Con el paso del tiempo y la ayuda de su hermano, llegaron las sábanas y toallas. Y junto con ellas una empresa de distribución mayorista que comenzó a crecer por todo el país y que llegó a tener ocho locales propios.

Pero el gran salto llegó en 1989, cuando decidió que era hora de entrar en el mercado con una marca propia: Arredo. El nombre se inspiró en la palabra italiana arredamento, que significa amoblamiento, decoración. Ese mismo año, comenzó a comercializar sus productos en los shoppings.

El éxito fue casi inmediato y en los años 90 comenzó la expansión de la compañía. Junto con el crecimiento, llegó el momento de la segunda generación familiar. Los cuatro hijos de Sasson -Sebastián, Agustín, Tomás y Joaquín-, aún adolescentes, se fueron incorporando al negocio.

"A principios de los 90 tuvimos un punto de inflexión. Tuvimos que elegir entre integrarnos verticalmente hacia el mundo industrial o hacia el lado opuesto del retail con productos de valor agregado. Teníamos la sensación de que en el segundo camino era donde podíamos canalizar más creatividad tanto en el producto como en la interacción con el consumidor final", contó Sebastián Sasson en una entrevista a La Nación hace algunos años.

Fueron años de crecimiento explosivo: en la primera mitad de los 90, la compañía creció nueve veces. El inconveniente fue que lo hizo de forma descontrolada, lo que hizo que entre 1995 y 2000 se vivieran momentos complicados desde el punto de vista financiero.

Con el ordenamiento de las cuentas, Arredo logró mantenerse a flote y ya a principios de este siglo volver al crecimiento. Hoy la firma tiene casi 60 locales propios en la Argentina y Uruguay, y más de 20 franquicias.

En 2018 José Sasson decidió que era momento de pasar el testigo. Desde entonces, su hijo Sebastián es quien comanda la compañía, junto con sus tres hermanos.