Gestión ambiental y cambio de paradigma, las deudas pendientes del desarrollo

El biólogo y periodista ambiental Sergio Federovisky derriba los mitos en torno a las medidas ecológicas y sostiene la idea de que las cuestiones ambientales son un problema para la matriz política argentina. La necesidad de un cambio de sistema ante la incompatibilidad de pensar en verde cuando las exigencias de las sociedades capitalistas premian el consumo.

La Ciudad de Buenos Aires produce casi dos kilos de basura por habitante por día, cifra que se reduce a menos de un kilo en los distritos alejados de la Capital y que asciende a entre 2,5 y 4 para Europa y los Estados Unidos, más del doble que hace 30 años. El avance de las sociedades de consumo fue inversamente proporcional al cuidado del planeta, más allá de que, hace 21 años, la cumbre de Río de Janeiro parecía marcar el entonces creciente interés por pensar en verde. Así lo demuestra el biólogo y periodista ambiental Sergio Federovisky, autor de Los mitos del medio ambiente. Un latiguillo afirmaba que era cuestión de conciencia. Hoy, los parámetros de la salud ambiental, a nivel nacional, local y global, están empeorados. Algo falla, alerta.
Federovisky cuestiona si las recetas adoptadas fueron eficientes y propone un cambio de paradigma que cruce a la dirigencia política. Nos dijeron que todo se resolvería cuando llegara el desarrollo sustentable. ¿O fue una excusa retórica para seguir alejando la solución de los problemas? El desarrollo sustentable termina siendo, además de una coartada para no hacer nada, un oxímoron, la vinculación entre dos conceptos que se anulan, generando un contradictorio absoluto, indica y amplía: Pretender un desarrollo aumentando el consumo y el uso de recursos, generando mayor bienestar en el sentido más laxo de la economía y, al tiempo, pretender que no dañe las bases ambientales, es contradictorio. El especialista destaca que la irrupción de cuestiones ambientales coincidió con el triunfo del capitalismo. Este sistema es incompatible con la protección del medio ambiente en tanto el lucro moviliza a la hora de usar los recursos naturales. Estamos sometidos a un bombardeo de consumo y es imposible resolverlo, yendo a contramano de lo que el sistema pide. Tampoco significa una añoranza por el socialismo, aclara.
Es que, sostiene, los gobernantes entienden los temas ambientales como una traba para el de-sarrollo. Esta idea está en la matriz de la clase política argentina. Hay que cambiar de paradigma.
Sin ir más lejos, toma el caso de la Ciudad de Buenos Aires, donde la basura es un problema. Nadie sabe qué hacer. Algunos reclaman basura cero, como un sistema de recuperación de menor uso de materiales, de disminución en la cantidad que se genera. Casi imposible en una sociedad que nos empuja al consumo. Otros dicen que hay que cambiar de paradigma. El gobierno porteño funciona con un paradigma antiguo: que la basura es un desperdicio que hay que eliminar, de ser posible, dentro de un pozo.
Toma como ejemplo el caso de las pilas. Hace dos años, se hizo una convocatoria para recolectarlas. La gente tenía 10 toneladas de pilas, esperando a que el Estado indicara qué hacer. Siguen en un depósito en Puerto Madero. Ni siquiera se las exportó, como se prometió. ¿Por qué el Estado culpa a la gente por eso que él no resuelve?, se pregunta. Hoy, el paradigma global es que la basura es un bien del cual se puede recuperar el valor, concluye. z weFICHAn Título: Los mitos del medio ambiente. Mentiras, lugares comunes y falsas verdades
n Autor: Sergio Federovisky
n Editorial: Capital Intelectual
n Páginas: 192
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