El gobierno brasileño estudia alterar la legislación para bajar el límite de la tasa de interés, que es de hasta 12% al año más la Tasa Referencial (TR), de los financiamentos inmobiliarios firmados en el ámbito del Sistema Financiero de Vivienda (SFH).

La baja sería un camino para forzar a los bancos a transferir a los clientes la reducción del costo de captación de recursos a partir de los cambios hechos en la remuneración de las cuentas de ahorro.

El ministro de Economía, Guido Mantega, hará primero algunos ajustes en las reglas de portabilidad para permitir que los clientes de los bancos puedan transferir sus deudas de una institución a otra. Según el área económica, los cambios favorecerán una mayor competencia y llevarán a una reducción de los costos de financiamiento al consumidor.

Actualmente, la legislación brasileña prevé una tasa máxima de interés de hasta 12% al año más TR, para financiamientos del SFH. Una resolución del Banco Central (BC) estabelece que, como mínimo, se debe aplicar 65% de los recursos al financiamiento inmobiliario, y el 80% de ese monto, como mínimo, debe destinarse a operaciones en el segmento de SFH con una tasa de interés de hasta 12% al año más TR, y 20%, como máximo, para préstamos contratados a tasas de mercado.

Pero los bancos tienen en la práctica un porcentaje más bajo, de alrededor de 10%. Por eso, según Economía, el techo de la tasa de interés fijado por ley podría disminuir a un porcentaje inferior al que cobran actualmente las instituciones financieras.

Algunos técnicos dicen que esa transferencia del abaratamiento de los recursos de las cuentas de ahorro, una de las principales fuentes del crédito inmobiliario, será limitada debido a la falta de previsibilidad sobre el comportamiento de la tasa básica de interés (Selic) a lo largo de los contratos, que pueden llegar a 30 años.

Además, los bancos temen que haya un desajuste entre activos y pasivos -el costo del funding oscilaría de acuerdo a la Selic, mientras la tasa cobrada al prestatario permanecería fija. Sin embargo, el ministro de Economía alega, que este riesgo de desajuste entre captaciones y colocaciones en las cuentas de ahorro ya existe y no se alterará con la propuesta.

Para garantizar una caída de los intereses, el gobierno apuesta a la portabilidad del crédito. Creada en 2006, la posibilidad de transferir un contrato de crédito a otro banco no se ajustó a esas operaciones de financiamiento inmobiliario por su alto costo burocrático.