La idea de renunciar y dar su apoyo a la candidata presidencial por el Partido Socialista Brasileño (PSB), Marina Silva, para las elecciones del 5 de octubre ronda al socialdemócrata Aécio Neves, según una nota exclusiva publicada por Valor PRO, servicio de noticias en tiempo real de Valor. Ese sería el camino para sacar de la contienda en el primer turno de la contienda al Partido de los Trabajadores (PT), que impulsa la reelección de la presidenta Dilma Rousseff, sin correr el riesgo de esperar un cambio de rumbo en el ballotage, algo que no ocurre en elecciones desde 1989, cuando se restableció la elección directa para elegir al presidente de la República.

Aécio tiene plazos. Como el PT, el candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) apostó a una polarización que no ocurrió. El ex gobernador de Minas Gerais cree que la propaganda electoral comenzará a mostrar resultados positivos para su candidatura a mediados de septiembre. Aunque sus cortos publicitarios cada vez más se dirigen al electorado de Minas Gerais.

Aécio enfrenta problemas en Minas, donde su candidato a gobernador, Pimenta da Veiga, se ubica detrás del candidato del PT, Fernando Pimentel. El propio Aécio no tiene el desempeño que se esperaba en ese estado, y en algún momento de la campaña tendrá que concentrarse allí para asegurar su base de apoyo en las urnas.

Aunque tampoco puede asegurarse que si Neves resigna su candidatura y respalda a Marina la elección se definirá en primera vuelta. Hoy Dilma está consolidada en el segundo turno, gracias especialmente al fuerte apoyo que mantiene su nombre en las regiones norte y nordeste de Brasil. El problema de Rousseff es que no está creciendo en las encuestas de intenciones de voto ni de cara al primer turno ni a la segunda vuelta.

Es improbable que Aécio acepte algún tipo de acuerdo con Marina en el primer turno, pero el hecho de que la propuesta esté circulando entre sus electores fieles que ahora piensan en un voto útil a la candidata socialista da una idea del tamaño del respaldo que se delinea entorno de la ex senadora verde. Si el PT pierde las elecciones, crecerá la disponibilidad de los otros partidos para aproximarse a ella.

En el segundo turno, la tendencia del PSDB es apoyar a Marina y ayudarla a gobernar, si es electa, como indican los sondeos. Al contrario de lo que ocurrió en 1992, cuando estaba en la oposición y rechazó entrar al gobierno del ex presidente Itamar Franco, el PT tiene muchos intereses en juego y tendrá que analizar con más precisión la idea de respaldar a Marina en el Congreso. El problema es que Silva se tornó la primera opción al PT. El mercado financiero se acercó a Marina porque no quiere la continuidad del PT en el gobierno.

Los políticos que tienen más experiencia dicen que Marina no necesitará hacer acuerdos con el PT porque podrá integrar una mayoría tranquila con partidos medianos y apoyos en los más grandes, pero, sobre todo, llevará luz al Parlamento. Marina tendrá una agenda dura para acercar a quienes manifestaron en las calles hace más de un año. Aunque habrá embates en el Congreso, será mucho más difícil si la ex ministra mantiene una relación transparente.

Actualmente, Dilma tiene una mayoría inestable en el Congreso. Podría decirse que Marina tendría una minoría estable. Contaría con el respaldo de la sigla más tradicional de Brasil, el PG, Partido de Gobierno, aquel que está con quien sea el presidente en el Palacio do Planalto. Pero la candidata del PSB quiere invertir la lógica adoptada por la mandataria para la designación de ministros.

No será el PSDB, por ejemplo, el que dirá yo quiero a fulano (como ministro). Marina los elegiría, incluso porque podrá decir que no tiene interés en reelegirse para un segundo mandato. Esa negociación no estaría sobre la mesa. Al decir que no disputará la reelección, Marina Silva podrá desarmar a los partidos y sus eventuales candidatos. Por eso, podrá poner en marcha un gabinete de mejor calidad.

Eduardo Campos, cuya muerte en un accidente aéreo el 13 de agosto cambió de plano la sucesión presidencial, tenía una imagen de administrador más que de coordinador de un equipo. Marina, que lo acompañaba en la fórmula presidencial, tiene menos experiencia en la administración y más concepción de equipo.

El PSDB declararía su apoyo a Marina en el segundo turno de la elección si se confirman las encuestas el 5 de octubre. La duda en torno a la candidata del PSB es si tendría el apoyo del PT. Considerando que el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva es candidato declarado para 2018, el hecho de que Marina no quiera disputar un segundo mandato ayudaría a un acuerdo, si existe el convencimiento de que no cederá a las presiones para permanecer, en caso de llevar adelante un buen gobierno.

La situación del PT hoy es muy diferente a la que vivió cuando tuvo que decidir si apoyaría o no a Itamar Franco, después del impeachmet de Fernando Collor de Mello. No se trata solo de mantener los cargos, aunque eso existe, sino de proyectos y políticas en curso que son propias del partido.