Bill Gates sorprende comiendo en las calles de Nueva York: este fue el bocadillo que degustó el magnate

Bill Gates es un magnate más que reconocido tras construir un imperio tecnológico y dirigir la filantropía mundial. Ahora, sorprendió con un acto más que mundano comiendo por las calles de Nueva York.

El video se viralizó más que rápido por un montón de personas sorprendidas por la sencillez de este hombre tan importante. Aun así, su presencia en Nueva York sí esconde un motivo mayor.

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Bill Gates sorprende a todos comiendo un hot dog callejero en Nueva York

Este miércoles, Bill Gates se convirtió en el centro de atención de Nueva York al ser visto comiendo un clásico hot dog callejero. El multimillonario fue encontrado en Times Square, caminando tranquilamente para comprar un bocadillo en el puesto local.

El fotoperiodista Elder Ordonez lo capturó en un video ahora viral, vestido de manera informal con pantalones negros, un suéter azul y anteojos característicos, esperando pacientemente junto a un carrito callejero.

En medio del caos habitual de Times Square, Gates pudo mezclarse con la multitud mientras pedía un hot dog, sonriendo y charlando con el vendedor, mientras observaba cómo preparaban el icónico bocadillo. Después de ordenar, Gates le da un gran mordisco y luego posa para fotos con el vendedor, impasible ante una multitud de espectadores.

El verdadero motivo por el que Bill Gates está en Nueva York

Si bien este momento del hot dog se robó la atención de internet, Bill Gates está en Nueva York por una causa mayor: el evento anual Goalkeepers 2024 organizado por la Fundación Bill y Melinda Gates. Este reúne a líderes y creadores de cambios para acelerar el progreso hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.

Pero ver a Gates, posiblemente una de las personas más influyentes del planeta, comiendo algo tan típicamente neoyorquino, encendió el debate sobre la posibilidad de identificarse con los multimillonarios. Escenas como esta difuminan la línea entre la riqueza y la vida cotidiana, un recordatorio de que incluso aquellos con fortunas inimaginables pueden disfrutar de algo tan simple como un hot dog de un carrito de la calle.