

A más de 1.600 metros sobre el nivel del mar, una figura monumental domina el paisaje andino y se ha convertido en uno de los símbolos más poderosos de paz en América Latina. Su presencia, visible a kilómetros de distancia, no solo impresiona por su tamaño, sino también por el profundo mensaje espiritual que encierra.
Inaugurada en 1983, esta colosal escultura de concreto es una obra del artista Manuel de la Fuente Andrés, y coloca a su país como el hogar del monumento más alto de toda la región, además de ser la estatua más grande del mundo dedicada a la paz.
El país latinoamericano con el monumento más alto de la región
Esta obra se encuentra en Venezuela, específicamente a 11 kilómetros de la ciudad de Trujillo. Conocida como la Virgen de la Paz, la escultura mide 46,7 metros de altura y pesa más de 1.200 toneladas, asentada sobre una base de 16 metros de frente y 18 de lado.

Su tamaño supera ampliamente al Cristo Redentor de Brasil y también a la Estatua de la Libertad (sin contar su pedestal), dos de los íconos más reconocidos del planeta. Desde su mirador, los visitantes pueden disfrutar de una de las vistas más espectaculares de los Andes venezolanos, convirtiendo el sitio en un destino turístico y religioso de enorme relevancia.
El Monumento a la Paz no solo destaca por su dimensión, sino por su significado. Fue concebido como un tributo a la concordia y a la esperanza, valores profundamente arraigados en la historia venezolana.
La figura, que representa a la Virgen María con los brazos extendidos, simboliza la protección y la unión del pueblo. En su interior, los visitantes pueden ascender por escaleras y miradores internos, lo que permite apreciar el arte y la ingeniería que dieron vida a una de las esculturas más altas de América.
La comparación con los monumentos más grandes del mundo
A pesar de su grandeza, la Virgen de la Paz no ostenta el primer lugar a nivel mundial. La Estatua de la Unidad, en India, continúa siendo la más alta del planeta, con 182 metros de altura. Este monumento, dedicado al líder político Sardar Vallabhbhai Patel, supera en más de 133 metros a la obra venezolana.
Sin embargo, la relevancia del monumento latinoamericano trasciende las cifras: se trata de la escultura más alta dedicada a la paz en todo el mundo, una distinción que reafirma su valor cultural, espiritual y artístico.













