

Antes de abordar un vuelo, revisar el equipaje de mano puede ahorrarte más que un mal rato. Un error común entre los pasajeros está generando multas de hasta 2.250 dólares y podría incluso impedirte subir al avión.
Se trata de un objeto pequeño y cotidiano, que muchos llevan por seguridad personal sin saber que está completamente prohibido dentro de la cabina. Las autoridades lo consideran un riesgo grave para la seguridad aérea.
La Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) ya emitió advertencias: este ítem no solo retrasa controles, sino que puede derivar en sanciones legales. Aunque en algunos casos puede ir en el equipaje despachado, en cabina está totalmente vetado.

¿Qué objeto puede costarte hasta 2.250 dólares en multas?
El artículo en cuestión es el gas pimienta, un aerosol de defensa personal que muchos usuarios llevan en sus bolsos sin saber que viola las normativas de seguridad aérea vigentes.
Según la TSA, este ítem solo puede ser transportado si:
- Va en la valija despachada, nunca en cabina.
- El envase no supera los 118 ml (4 oz).
- Cuenta con seguro antidescarga accidental.
- No contiene más del 2 % de gases lacrimógenos (CS o CN).
Si el aerosol no cumple estos requisitos -o si lo llevas en el equipaje de mano- puedes enfrentar sanciones económicas desde 390 hasta 2.250 dólares, además de la posibilidad de quedar bajo investigación.

¿Qué pasa si llevás gas pimienta en la cabina del avión?
Transportar este tipo de aerosol en la cabina puede activar un protocolo de seguridad inmediata. Esto puede traducirse en inspecciones adicionales, demoras, pérdida del vuelo o incluso cargos penales si se considera que representa un riesgo real para los pasajeros y la tripulación.
Además, las sanciones no son uniformes: cada país o estado puede tener regulaciones específicas sobre este tipo de productos. Por eso, aunque sigas las reglas de la TSA, también es esencial revisar las leyes del destino final.
Para evitar incidentes, la recomendación es clara: consultá la lista oficial de objetos prohibidos antes de volar. Un simple descuido puede transformarse en un gasto inesperado y un problema legal innecesario.











