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Con la implementación de la reciente reforma fiscal de los Estados Unidos, el Gobierno confirmó la aprobación de un nuevo impuesto que afecta directamente a quienes envían dinero fuera del país.

Según la nueva ley, se establece un gravamen especial sobre ciertas transferencias internacionales de remesas, impactando a quienes utilizan servicios presenciales de envío de dinero para ayudar a familiares en el extranjero.

La medida se aplicará a partir del 1 de enero de 2026, y alcanza a usuarios que realicen transferencias a través de casas de cambio, agencias de remesas y locutorios, entre otros canales habilitados.

¿Cómo funciona y a qué transferencias afecta el nuevo impuesto a remesas desde Estados Unidos?

El impuesto del 1% sobre remesas afecta únicamente a ciertas operaciones de envío internacional. Según la normativa solo aplica si el remitente paga con efectivo, money order, cheque de caja, giro postal o instrumento físico similar.

La transferencia debe realizarse a través de un proveedor de servicios de remesas, como agencias, locutorios o minoristas autorizados. Además, el impuesto se calcula sobre el monto total enviado y se recauda en el momento de la transferencia.

¿Quiénes quedan exceptuados y qué operaciones no pagan el impuesto?

De acuerdo con la Sección 70604 de la normativa, existen ciertos tipos de operaciones que quedan fuera de este gravamen a partir de:

  • Transferencias financiadas desde una cuenta bancaria de EE.UU. (por ejemplo, enviando dinero online desde una cuenta de banco o mediante banca móvil).

  • Pagos realizados con tarjeta de débito o crédito emitida en Estados Unidos.

  • Otros métodos electrónicos no físicos, que serán definidos en la reglamentación complementaria.

Importante: antes de transferir, consulta con el proveedor de remesas sobre los métodos de pago aceptados y verifica si tu operación está sujeta al impuesto.