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En un contexto donde cada vez más familias buscan simplificar la herencia y reducir costos legales, un mecanismo poco conocido comienza a ocupar un lugar central en la planificación patrimonial en Estados Unidos.

Se trata de la Transferencia Por Fallecimiento (TOD), una figura que permite que ciertos bienes cambien de titular de forma directa tras la muerte del propietario, sin atravesar el largo y costoso proceso sucesorio.

Aunque no es una solución universal ni válida en todos los estados, la TOD se consolida como una alternativa atractiva para quienes desean ordenar la transmisión de su patrimonio sin perder control durante su vida.

Qué es la transferencia por fallecimiento y por qué genera interés

La Transferencia Por Fallecimiento, conocida legalmente como Transfer on Death (TOD), permite designar uno o más beneficiarios para que reciban un activo específico de manera automática al morir el titular. La clave del sistema es que el bien no pasa por la sucesión, lo que acelera los tiempos y reduce gastos judiciales.

La Transferencia Por Fallecimiento permite designar uno o más beneficiarios para que reciban un activo específico de manera automática al morir el titular. Fuente: archivo.
La Transferencia Por Fallecimiento permite designar uno o más beneficiarios para que reciban un activo específico de manera automática al morir el titular. Fuente: archivo.

Este mecanismo puede aplicarse —según la legislación estatal— a bienes raíces, cuentas bancarias, inversiones, vehículos, fondos mutuos y valores financieros, entre otros activos.

Uno de los puntos que explica el auge de la escritura TOD es que el propietario mantiene control absoluto sobre el bien mientras vive. Puede venderlo, modificar beneficiarios, revocar la designación o cambiar la distribución sin pedir autorización a terceros.

La transferencia solo se activa tras el fallecimiento, momento en el cual los beneficiarios presentan el certificado de defunción y la documentación requerida para asumir la titularidad.

Cómo se establece una escritura de Transferencia Por Fallecimiento

Crear una escritura TOD implica cumplir con requisitos formales que varían según el estado, pero el proceso suele ser más simple que otras herramientas legales. En líneas generales, se debe:

  1. Completar un documento legal que describa la propiedad
  2. Identificar claramente al titular y a los beneficiarios
  3. Incluir el lenguaje exigido por la ley estatal
  4. Firmar ante notario o testigos, si corresponde
  5. Registrar la escritura en el condado donde se encuentra el bien

El registro es fundamental, ya que sin inscripción oficial la TOD no tiene validez.

Ventajas clave de la escritura TOD frente a otras opciones

Entre los principales beneficios de la Transferencia Por Fallecimiento, se destacan:

  • Evita el proceso sucesorio, ahorrando tiempo y dinero
  • Permite una transferencia rápida del bien
  • Es más simple y económica que un fideicomiso en vida
  • No genera impuestos por donación mientras el propietario vive
  • Otorga a los herederos una base escalonada, reduciendo impuestos por ganancias de capital

Por estas razones, la TOD se presenta como una opción intermedia entre el testamento tradicional y estructuras más complejas.

Limitaciones y riesgos que deben considerarse

A pesar de sus ventajas, la Transferencia Por Fallecimiento no está exenta de complicaciones. Entre los principales riesgos se encuentran:

  • No es válida en todos los estados
  • Puede generar conflictos si hay copropietarios
  • Si el beneficiario fallece antes y no hay suplente, el bien puede ir a sucesión
  • Los bienes siguen sujetos a reclamaciones de acreedores
  • Los herederos asumen hipotecas, gravámenes o deudas pendientes

Además, recibir una propiedad mediante TOD puede impactar en la elegibilidad para programas gubernamentales basados en recursos.