Atención fumadores: prohíben la venta de tabaco para menores de 30 años en todo Estados Unidos
Los que tengan hasta 29 años deberán presentar identificación obligatoriamente. Además, se removerán los dispensadores en lugares donde haya menores de 21.
En un esfuerzo continuo por frenar el consumo de tabaco entre los jóvenes, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) ha introducido una nueva norma. Esperan así reforzar los requisitos de verificación de edad para la venta de productos de tabaco.
Esta última medida, anunciada en un comunicado de prensa del 29 de agosto, se basa en la legislación de 2019 que aumentó la edad mínima federal para comprar productos de tabaco, incluidos los cigarrillos electrónicos, de 18 a 21 años.
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FDA dictaminó que menores de 30 años no podrán comprar tabaco sin identificación
A partir del 30 de septiembre, todos los minoristas de tabaco deberán verificar la edad de cualquier cliente que parezca tener menos de 30 años. Este es un aumento con respecto al requisito anterior, que se aplicaba a los clientes menores de 27 años.
Además, las nuevas normas prohíben la venta de productos de tabaco a través de máquinas expendedoras en cualquier establecimiento en el que haya personas menores de 21 años o a las que se les permita entrar en cualquier momento.
Qué impacto tiene la decisión de la FDA en la salud pública
La decisión de la FDA es parte de una estrategia más amplia para proteger la salud pública, en particular entre los jóvenes. Brian King, director del Centro de Productos de Tabaco de la FDA, enfatizó la importancia de estas medidas, y afirmó: "La norma de hoy es otro paso clave para proteger a los jóvenes de nuestro país de los riesgos para la salud que presentan los productos de tabaco".
El impacto del consumo temprano de tabaco está bien documentado: más del 95% de los adultos estadounidenses que fuman a diario han fumado su primer cigarrillo antes de los 21 años. Al dificultar a los jóvenes el acceso a los productos de tabaco, la FDA pretende reducir la cantidad de personas que comienzan a fumar a una edad temprana, lo que reduciría la incidencia de enfermedades y muertes relacionadas con el tabaco.