El peligroso virus que podría ser la causa de comer descontroladamente y de que la obesidad se haya triplicado en el mundo entero
Gracias a un estudio en España se pueden ofrecer nuevas oportunidades para abordar la obesidad desde perspectivas innovadoras y más integrales.
Un reciente estudio científico ha identificado un posible factor que podría estar relacionado con el aumento de la obesidad a nivel mundial: un peligroso virus presente en la microbiota intestinal.
Esta investigación, liderada por la Universidad Pompeu Fabra y el Instituto de Investigación Biomédica de Girona Dr. Josep Trueta (IDIBGI), sugiere que ciertos virus que infectan bacterias, podrían influir en los comportamientos alimenticios y en el metabolismo.
Los hallazgos publicados en la revista Nature Metabolism abren una nueva perspectiva sobre el papel de los virus en la salud intestinal y su posible relación con la adicción a la comida y la obesidad. Hasta ahora, la mayoría de las investigaciones sobre la microbiota se habían enfocado en las bacterias, pero este estudio pone de manifiesto que otros microorganismos también podrían desempeñar un papel relevante.
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La influencia de los virus en la alimentación y el metabolismo
El estudio investigó la conexión entre los bacteriófagos de la familia Microviridae y ciertos comportamientos adictivos relacionados con la comida. Entre ellos destaca el Gokushovirus WZ-2015a, un bacteriófago que afecta la regulación de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina.
Estos neurotransmisores son clave en los sistemas de recompensa cerebral y están vinculados a conductas de alimentación hedonista.
Resultados principales del estudio:
Identificación de una correlación positiva entre la abundancia de bacteriófagos Microviridae y el peso corporal elevado.
Alteración en la metabolización de triptófano y tirosina, precursores de la serotonina y dopamina.
Incremento en comportamientos adictivos hacia alimentos en modelos preclínicos con microbiota o viroma humano trasplantado.
Los investigadores también utilizaron un enfoque multidisciplinario que incluyó análisis metagenómicos, estudios metabolómicos, evaluaciones neuropsicológicas y pruebas de resonancia magnética cerebral. Asimismo, realizaron trasplantes fecales y virales en ratones para analizar las alteraciones en el comportamiento y la neuroquímica.
¿La solución a la obesidad?
Otra observación destacada del estudio fue el papel del ácido antranílico, una sustancia presente en el plasma sanguíneo que podría tener un efecto protector contra los comportamientos adictivos relacionados con la comida. En animales como ratones y moscas de la fruta (Drosophila), la suplementación con este metabolito redujo significativamente estas conductas.
El doctor José Manuel Fernández-Real, del IDIBGI y coautor del estudio, subrayó la importancia de estos resultados. "La microbiota intestinal podría convertirse en una vía innovadora para tratar la obesidad y la adicción alimentaria mediante suplementos alimenticios", señaló.
Si bien estos hallazgos representan un avance importante, los expertos advierten que la obesidad es una enfermedad compleja que tiene que ver con hábitos y con factores genéticos y ambientales. Atribuirla a una única causa sería simplista.