Esta historia se remonta a 1929 cuando en Brasil un inmigrante alemán creó una de las principales chocolateras del mundo. Si, esa de la caja surtida amarilla. Por supuesto, estamos de los bombones Garoto.
Dentro de esa mágica caja golosinera, uno de sus productos más populares era un bombón relleno de crema de castañas de cajú y bañado en chocolate: el Serenata de Amor.
En los, 80 estos bombones habían llegado a la Argentina de la mano del proceso de importación y tuvo una gran recibida por parte de los consumidores.
Pero unos años más tarde, las importaciones comienzan a interrumpirse, y con un timing de mercado espectacular, Fluvio Pagani, dueño de Arcor, vió una oportunidad para su empresa.













