Los Aguerre compartían dos condiciones que los hermanaba casi tanto como la sangre: amaban y aman el surf, y los dos sufrían y sufren el pie plano.

Corrían los años negros de la argentina con la última dictadura militar y el surf y su cultura estaban prohibidas en Mar del Plata, muy mal vistas. Pero los hermanos Aguerre se las ingeniaron para conseguir la habilitación de una playa para ese deporte.

Y con el surf comenzaron a sufrir: como tenían pie plano ninguna ojota les servía. Por eso, decidieron fabricar sus propias ojotas.