Si se recorren las góndolas de los supermercados existen varias opciones para acompañar el mate. Sin embargo, los bizcochitos de grasa pican en punta como los más elegidos para maridar con unos amargos.

Dentro de este segmento hay una marca que logró que a lleva décadas en el mercado y con el tiempo logró hacerse un nombre sin perder la esencia familiar. La historia de Don Satur empezó hace más de 60 años en una pequeña panadería porteña.

Don Saturnino Martínez nació en 1903 en Soria, ciudad española ubicada al este de la comunidad autónoma de Castilla. A los 53 años arribó a la Argentina junto a su familia y al poco tiempo abrió un negocio de panificados en Liniers. Este emprendimiento se volvió popular especialmente por sus bizcochitos y sus clientes concurrían solo para poder comprar una bolsa de esta salada tentación.