Con apenas 26 años, la española Aida García Bueno creó Japanese Head Spa, un proyecto que comenzó en Málaga en diciembre de 2023 y que rápidamente trascendió fronteras.

Su propuesta, basada en masajes capilares con hidroterapia inspirados en la cultura japonesa, ganó tracción en Europa impulsada por la difusión en redes sociales -sobre todo en TikTok- y comienza a expandirse con fuerza en América latina.

“Estaba en una feria en Miami y vi este tratamiento en un stand que ya lo había visto anteriormente en TikTok. Lo probé y me quedé alucinada. Viajé a Japón, vi lo que era el Head Spa y, como en ese momento no había ningún proyecto igual, entendí que era una oportunidad de negocio muy grande. Abrimos el primer local en Málaga y el crecimiento ha sido exponencial”, explica Aida García Bueno.

Ahora la compañía desembarca en la Argentina como parte de su plan de expansión internacional. La empresa abrirá su primer local en Córdoba a mediados de diciembre y prevé instalar un segundo centro en Buenos Aires, en el barrio de Palermo, a través del sistema de franquicias.

Aida García Bueno, fundadora de Japanese Head Spa
Aida García Bueno, fundadora de Japanese Head Spa

“Argentina fue un país clave dentro de nuestra expansión cuando decidimos comenzar a internacionalizarnos. Antes de desembarcar en un nuevo lugar miramos en Google Trends la cantidad de búsquedas que hay del tratamiento en el país. Cuando las búsquedas superan las 100 búsquedas diarias decidimos avanzar. En Argentina fue muy rápido”, dice.

En la Argentina, instalar una franquicia de Japanese Head Spa cuesta u$s 50.000, con un retorno de la inversión estimado de 10 a 12 meses. De la inversión total, u$s 35.000 corresponden al franchise fee y el equipamiento del local, que ronda los 80 metros cuadrados.

Actualmente la compañía cuenta con 53 spas -22 propios y el resto franquiciados- distribuidos en España, Francia, Italia, Portugal y Ecuador, y proyecta sumar otras 25 aperturas en América latina hacia febrero. Con ese plan, la Argentina se convierte en el segundo mercado de la región donde desembarca la marca, después de Ecuador.

“Nos empezaron a llegar consultas del extranjero sobre si pensábamos franquiciar la marca”, explica la emprendedora que a principios de este año comenzó con el plan de expansión de la compañía.

Ahora proyectan nuevas aperturas en Perú, México, Colombia, Chile, República Dominicana, Uruguay, Paraguay y Bolivia.

El costo del tratamiento capilar ronda entre $75.000 hasta $135.000. Pero la empresa también ofrece tratamientos corporales, faciales y masajes que se comercializan en niveles de precios similares.

“Este tratamiento lo pueden recibir desde niños de ocho años, hasta personas de la tercera edad con quienes también trabajamos la parte de reflexología. Contamos con un staff especializado de masajistas y masoterapeutas”, destaca García Bueno.