

Los empleados de la cadena de comidas rápidas Nac&Pop avanzan en la autogestión de algunos locales, con el objetivo de mantener sus fuentes de trabajo y obtener ingresos, luego que el dueño, Alex Gordon, se fugara sin pagar los sueldos por más de tres meses, según denunciaron los trabajadores.
Ya son dos los locales de la cadena que están siendo autogestionados por los empleados: el de Congreso (Rivadavia y Rodríguez Peña) y, desde la semana pasada, el de Carlos Pellegrini 189, a metros del Obelisco.
"Nos declaramos en Asamblea permanente y estamos gestionando las ventas. Con los ingresos, creamos un fondo para poder seguir comprando más mercadería. El dinero que quede, tras las compras, será repartido entre todos los trabajadores que están en Asamblea, en partes iguales. Más adelante la idea es formar una cooperativa para seguir trabajando", comentó Jairo, uno de los empleados de la sucursal Congreso. Así, buscarían poder autogestionar el negocio como ya lo hicieron los empleados de Alé Alé (en Almagro) y La Casona (Avenida Corrientes y Maipú).
La cadena Nac&Pop, creada en 2011 por Alex Gordon, un uruguayo radicado en Buenos Aires, dejó un tendal de deudas. Gordon desapareció, no contesta llamados y su celular responde que "está apagado o fuera del área de cobertura".
Los empleados no cobran desde junio, cuando la empresa entró en concurso preventivo, con 16 locales y 170 empleados. Descubrieron además que tampoco les hicieron los aportes de jubilación ni obra social.
La cadena, que basó su negocio en la venta de comida rápida las 24 horas, se jactaba de vender alimentos "nacionales" a precios "populares".
Algunos de los locales habrían sido vendidos, aunque los empleados aseguran que no hay papeles que avalen esas supuestas ventas, sino que solo aparecieron personas que dicen ser los dueños. De hecho, muchos locales siguen funcionando con el logo y el nombre tapado.
Si bien hace poco más de tres meses que no cobran, los problemas empezaron desde diciembre del año pasado, cuando el dueño cambió la razón social de la cadena y comenzó paulatinamente a vaciar algunos locales, cerrar otros, a rotar a los empleados entre las diferentes sucursales, a pagar sueldos en negro y a despedir trabajadores sin justificación, según denunciaron los mismos empleados.












