Se crearon varios instrumentos de inclusión financiera en los últimos años, vinculados al género, objetivos sociales y bonos corporativos.

Mónica Erpen, directora de la Comisión Nacional de Valores (CNV), sostuvo que "las crisis a veces dan oportunidades. "El Covid-19 nos dio la posibilidad de dar soluciones a los actores no convencionales, es decir, aquellas personas que no tenían acceso a financiamiento en el sector bancario, y que la ayuda estatal era insuficiente frente a las necesidades que tenían, como asociaciones civiles y cooperativas, por ejemplo".

La funcionaria reveló que, al momento del lanzamiento del programa de asistencia, "había sobredemanda. Los inversores del sector privado estaban deseosos de colaborar con este tipo de emisiones con impacto". Además, sostuvo: "El mercado entendió que el mundo necesita incluir a todas las personas que viven en él y hay un planeta que está pidiendo a gritos que lo cuidemos".

En esta línea, Andrea Grobocopatel, presidenta de la Fundación FLOR y Resiliencia SGR, precisó: "Hay dinero, hay pesos. Tanto las empresas como las personas quieren invertir y disfrutar de eso. Son operaciones exitosas de las que se quieren sentir parte. Las empresas tienen ganas de tener propósitos diferentes, generosos".

A su vez, Grobocopatel reveló que se trata de una actividad de triple impacto, ya que no sólo tiene al ser humano y al medioambiente en el centro, sino que también es un proyecto económicamente viable y, sobre todo, rentable.