El gobierno de Daniel Scioli decidió quitar la concesión de la autopista Buenos Aires-La Plata a la firma Coviares. La medida fue informada por el ministro de Infraestructura bonaerense, Alejandro Arlía, luego de que numerosas auditorías y que diversas actas de constatación notarial evidenciaran múltiples y repetidos incumplimientos al contrato, dijo el funcionario.
En diálogo con El Cronista, Arlía aseguró que la empresa está técnicamente quebrada y no está en condiciones de prestar los servicios mínimos, y precisó que la provincia se hace cargo declarando la emergencia vial sobre la autopista.


La operación de la autopista y las obras pendientes, que incluyen la construcción de un tercer carril, quedará en manos de la firma estatal Autopistas de Buenos Aires Sociedad Anónima (Aubasa) creada, por decreto, hace menos de un mes.


El Estado provincial tendrá una participación del 93% de las acciones de Aubasa, y el 7% restante estará a cargo de los trabajadores representados por su organización sindical, según indicó la Provincia en un comunicado.


La empresa Concesionaria Vial Argentino-Española (Coviares), se adjudicó la obra de la autopista a principios de los 80, pero el contrato, que inicialmente contemplaba un subsidio estatal, fue renegociado repetidas veces hasta que, en 1994, fue ampliado a 22 años de concesión, ya sin subsidio. En 1995 se inauguró el primer tramo de la obra y, como todos los contratos, este también tuvo reajustes tras la devaluación de 2002.
La empresa pasó a manos argentinas, y era controlada por Roberto Servente, presidente; Néstor Alesso, director y Enrique Clutterbuck, gerente General. Además, la constructora Benito Roggio tiene una participación, aunque marginal y sin miembros en el directorio.


Servente es miembro de la CCI Concesiones, creada en 1996 por la fusión de la constructora Servente y otras cuatro empresas (Semaco, Aragón Construcciones, Aragón y Hermasa), que hoy tiene fuertes operaciones en Brasil, y en su momento tomó las concesiones de cada una de las empresas, entre ellas la de la autopista Buenos Aires-La Plata, adjudicada a Coviares.
Coviares tiene hoy una deuda de más de $ 1.500 millones, correspondiente a un préstamo sindicado otorgado por siete bancos, que hoy está en manos del Provincia (con cerca del 50% del total), el Banco Nación, el Ciudad, un banco extranjero y dos fondos de inversión.


Para cobrar su deuda, los bancos lograron que los ingresos de Coviares derivados del cobro de peajes pasaran directamente a sus arcas, pero una medida cautelar de la empresa suspendió esa decisión con el objeto de preservar el pago de los salarios. Pero en diciembre cayó esa cautelar y los problemas de Coviares se amplificaron. En paralelo, en enero pasado, Scioli formalizó el traspaso de concesión de la Autopista Buenos Aires-La Plata de la Nación a la Provincia, y terminó de preparar el terreno para quedarse con la autovía al crear Aubasa, el 27 de junio pasado.


Arlía indicó a este diario que en los próximos 90 días quedará definido un programa económico de financiamiento que nos va a permitir darle sustentabilidad a la empresa y garantizó las fuentes de trabajo y el pago de salarios.