

Después de siete meses desde la fecha en la que entró en default, Industrias Metalúrgicas Pescarmona (Impsa) presentó un plan para reestructurar su pasivo y recomponer su imagen ante los acreedores.
El holding propiedad del empresario mendocino Enrique Pescarmona no tuvo suerte a la hora de solicitar la asistencia financiera del Gobierno y debió recurrir a elaborar un fuerte plan de reestructuración de sus operaciones y activos para poder hacer frente a una deuda financiera que ronda los u$s 1200 millones.
La propuesta, que fue publicada ayer en la Bolsa de Comercio y en la Comisión Nacional de Valores (CNV), incluye una mezcla de canje de deuda por bonos Par y Discount; Obligaciones Negociables; Warrants y hasta la cesión de una parte de su capital accionario.
En su carta enviada a los entes reguladores, y que lleva la firma de Julio Dreizzen, el grupo explica que su plan tiene como objetivo "realizar un proceso de reestructuración ordenado bajo la normativa aplicable cuya finalidad es dar continuidad a las operaciones de la empresa y recuperar el valor para todas las partes involucradas. La Sociedad, junto con sus asesores ha trabajado en ciertos aspectos que podrían constituir los lineamientos de una eventual propuesta a los acreedores, basados en ciertos pilares: A. Deuda Sustentable, B. Warrant/Excedentes de caja y C. Capital Accionario".
En el primer punto, ofrece un bono Par por u$s 221 millones con tasa de interés que va en obligaciones en dólares: 1% nominal anual (pagos semestrales). Y obligaciones en pesos: hasta 2018 12% nominal anual y de 2019 en adelante 75% de Badlar (pagos semestrales). El plazo de gracia para intereses es de un año y la amortización es semestral entre 2028 y 2031.
El bono Discount es por un total de u$s 225 millones. La tasa interés en dólares es escalonada de 5% a 8,5% nominal anual. Y en pesos la BADLAR +1%. También tiene un plazo de gracia de un año y la amortización semestral va entre 2020 y 2027.
"La deuda de u$s 4 millones equivalentes que posee garantías reales se amortizaría en dos cuotas anuales en 2017 y 2018 a una tasa de Libor+3% nominal anual manteniéndose las garantías", dice la nota de Impsa. En el caso de los warrants y los excedentes de caja, sobre la base de estos lineamientos, Impsa también consideraría la posibilidad de un pago adicional a los tenedores de bonos Discount por hasta un máximo de u$s 100 millones en la medida que se generen excesos de caja por encima de un saldo de u$s 30 millones.
Y como "frutilla del postre" para tentar a los acreedores a que acepten la propuesta, también ofrece la posibilidad de transferir a un fideicomiso hasta el 25% del capital accionario del holding "para beneficio de todos los acreedores", tal como se informa en el reporte.
El 30 de octubre, entró oficialmente en default al no cumplir con el pago de u$s 20 millones de intereses de una serie de ON que vence en 2020 y corresponden a una emisión por u$s 390 millones realizada por WPE International Cooperatief U.A, brazo financiero de WPE, a su vez controlada por Venti, holding creado en enero para unificar sus ingresos en pesos y reales y que tiene sede en Luxemburgo. La compañía mendocina debía haber cumplido con esta obligación el 30 de septiembre, pero no lo hizo. Tenía 30 días para modificar su decisión y negociar con sus acreedores, lo cual tampoco cumplió. En ese lapso, Impsa solamente recibió del kirchnerismo ayuda para pagar, durante cuatro meses, $ 2000 al mes de los salarios de 1078 trabajadores por la crisis que el grupo atraviesa y que tiene origen por la falta de liquidez disparada por deudas impagas que arrastra de grandes proyectos energéticos en Venezuela y Brasil.













