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En un contexto en el que la actividad en restaurantes en la Ciudad de Buenos Aires retrocede cerca de 30% interanual, según cámaras del sector y mediciones privadas, La Panera Rosa decidió avanzar con la adquisición de Pani, una marca histórica del segmento, con el objetivo de relanzarla bajo nuevos conceptos gastronómicos y sumar una segunda unidad de negocio. Aunque la operación se concretó en diciembre de 2024, recién se dio a conocer ahora, con la apertura del primer local que trae un nuevo concepto para la marca, Pani Pizza, en Palermo.

La Panera Rosa opera hoy 20 locales en el país, mientras que Pani llega a esta etapa con cuatro tiendas, una de ellas en Miami. La compra incluyó tres franquicias activas y el e-commerce, que continuará integrado al nuevo esquema. Para Leonardo Iluani, fundador de La Panera Rosa, el proyecto se articuló alrededor de dos ideas: recuperar una marca reconocida que había atravesado problemas societarios y orientarla hacia un portfolio nuevo —pizza, cantina y trattoria— con identidad propia. Montar un local de Pani Pizza, sale alrededor de u$s 250.000, dependiendo de la ubicación y de los arreglos que se necesite hacer.

La incorporación de Pani Trotta, fundadora de la marca, fue central para esta reconversión. Trotta llevaba cuatro años fuera del negocio y del país, alejada de la gestión por conflictos internos. “Es muy particular que La Panera haya adquirido Pani porque fue la competencia histórica”, reconoció. Su regreso se dio tras el llamado de Iluani, que le propuso sumarse como asesora de imagen, branding y diseño. “Me dijo que Pani necesitaba a Pani para recuperar parte del alma que se había perdido”, resumió.

En 2024, antes de la adquisición, Pani había iniciado un plan de apertura de franquicias, con el que buscaba recuperar ventas. Es que el año anterior, la marca había perdido un 70% de su facturación. En ese contexto, llegó la oferta de Iluani.

Transición

Ambos coinciden en que la transición llevó varios meses. Primero hubo que integrar equipos, ordenar procesos y definir la línea estética y conceptual de la nueva etapa. El rediseño del primer local se hizo desde cero —pese a que ya existía un proyecto previo— y funcionó como punto de partida para las aperturas que vienen: Pani Cantina, programada para el primer trimestre de 2026; un local de tortas boutique, que retoma el formato original de la marca; y dos conceptos más: sushi y pastas que buscan ampliar el rango horario, con énfasis en la noche.

La propuesta gastronómica también se reformuló. El objetivo es que los distintos formatos convivan en pocas cuadras y generar un corredor de marca con identidades diferenciadas.

Pani Trotta, fundadora de Pani, y Leonardo Iluane, fundador de La Panera Rosa
Pani Trotta, fundadora de Pani, y Leonardo Iluane, fundador de La Panera Rosa

El modelo de expansión será 100% mediante franquicias, como ocurre con La Panera Rosa. Los inversores asumen la obra y la inversión total, mientras que el equipo de ambas marcas diseña el layout, define materiales y desarrolla la propuesta gastronómica. Tanto Iluani como Trotta remarcan la importancia de preservar la identidad de marca y evitar la pérdida de consistencia estética o conceptual en la ejecución.

Uno de los cambios relevantes es la integración del e-commerce: Pani aporta un canal que La Panera aún no tenía, especialmente para desayunos, cajas de regalo y venta online. Para la marca adquirida, el desafío será retomar presencia en franjas horarias donde había quedado relegada. “El gran foco de la pizzería es la noche; yo siempre quise que Pani funcionara en ese horario y nunca lo logré”, concluyó Trotta.