

Las ventas de artículos de escritura, afeitadoras y encendedores están estables en unidades y las expectativas es que continúen en forma similar el año próximo, sino no se disparan los precios ante una drástica devaluación.
Las principales preocupaciones para el gerente general de BIC, Jorge Grondona, pasan por mantener el consumo y el empleo, así como también por liberar el límite diario para pagar importaciones, a fin de poder saldar sus deudas en reales con la filial brasileña de la empresa antes de que una posible devaluación haga disparar ese dinero adeudado.
"Las ventas vienen bien, similares a 2014 en unidades. En dinero, crecen al ritmo de la inflación, 20% o 25%, vamos a facturar $ 550 millones este año. Es un mercado estable en el tiempo, todos los años los chicos necesitan útiles antes del inicio de las clases. Diciembre y enero son los meses más importantes por la temporada escolar. Para 2016 las expectativas son similares en unidades", comentó Grondona, en diálogo con El Cronista. La empresa fabrica con terceros marcadores escolares y resaltadores desde hace ocho años, e importa el 90% de sus productos.
¿Qué expectativas tiene sobre el nuevo Gobierno?
Queremos ver cómo lo que se dijo en campaña comienza a ejecutarse. Las expectativas son buenas porque la intención es mantener el nivel de consumo y la actividad. Cualquier modificación importante de variables puede afectar.
¿Cómo los impactaría un dó lar a $ 15, como se estima que se podría dar?
Tendríamos que revisar políticas de precios y habría que ver si el mercado puede absorberlos.
¿Y una apertura de las importaciones?
Como pudimos importar no va a cambiar tanto la operación, sí puede traer más competencia. La restricción a las importaciones afectó a importadores más pequeños porque no estaban en orden con los impuestos. Lo sano es una regulación en los precios de importación. Seguiríamos fabricando localmente, pero una devaluación fuerte trae otros costos locales.
¿Alguna vez proyectaron fabricar directamente?
En una época hubo intenciones, pero apoyamos a una empresa local con inversiones para que nos fabrique algunos productos. Las inversiones de BIC hoy están yendo a Marruecos, China y Túnez. Somos un país más estable y la producción de la región está instalada en Brasil, por logística y costos. Casi el 100% de lo importado es de Brasil y un poco de Europa y China.
¿La demanda es muy estable?
Mejoró el poder adquisitivo en los últimos años y hubo un crecimiento del consumo per cápita en la Argentina de todas las categorías. Entre los segmentos que más crecen, se destacan las afeitadoras femeninas, aunque desde una base pequeña. Y también aumenta un poco la venta de lápices de colores porque crece la pintura de mandalas para adultos como terapia. En Brasil está muy de moda y disparó la venta de lápices, tendencia que se está empezando a ver en la Argentina y Chile.
¿Cuáles cree que son las medidas más urgentes?
Lo más grave para nosotros es la restricción a los pagos de importaciones. Somos globales, nos provee una subsidiaria de BIC, que es mejor que un tercero. El límite diario a los pagos, que se redujo más en las últimas semanas, nos impide girar el dinero necesario y, como no podemos pagar todo lo que importamos, acumulamos deuda. Ante una devaluación vamos a tener que pagar más pesos por esa deuda. Ese es el problema más importante. Y la inflación también, por los costos operativos. Se pudo trasladar a los precios, pero cualquier ajuste que frene el consumo puede generar situaciones complejas que impidan trasladar costos y no se pueda vender. Mi posición es nunca sobrerreaccionar; hay que ser cauteloso para mantener la relación con clientes, el mercado. Sobre la devaluación, dependerá también de su tamaño. En enero ya tengo toda la mercadería en los comercios... si es de 20% quizás se pueda manejar, si es mayor será más violento el impacto. Espero que no afecte tanto al consumo, que no genere tanta inflación que la gente no pueda pagar. Lo ideal es que ayude a exportar, pero sin que impida importar productos e insumos para la producción. Me preocupa que se pueda mantener el empleo, que el ajuste no afecte profundamente al consumo.














