

El sector de agroquímicos se encuentra en un contexto de estancamiento. Así lo define Carlos Danilowicz, líder regional de Adama, quien ratifica que el crecimiento del sector "se frenó hace dos años", y que hoy se vive una mayor competencia. "Tenemos en la region es una situación de creciente presión competitiva", afirma, al tiempo que especificó que la cantidad de participantes se amplió a más de 30 a 40 oferentes de las mismas soluciones. En ese contexto, advierte: "El nivel de competencia es tan fuerte que ha erosionado el nivel de rentabilidad de las empresas a niveles de alerta". Con plantas de producción en países como México, Colombia y Brasil, la compañía en la Argentina realiza inversiones en desarrollo y registro. "Son varios millones de dólares que invertimos por año", destaca el ejecutivo.
¿Cómo ve al sector de agroquímicos en el país?
Nosotros participamos en cultivos extensivos e intensivos, economías regionales, frutales, vegetales, entre otros, lo que nos da una posibilidad de diversificar el riesgo. Mantenemos una operación ágil y las mismas inversiones en desarrollos y registros. Perdimos un poco de rentabilidad pero pudimos crecer en ventas. El problema es que el país pasó de un modelo con restricciones fuertes a las importaciones para operar a un escenario que se liberó totalmente todo.
¿Cómo analiza el contexto de fusiones a nivel internacional?
Hubo una consolidación de los jugadores grandes, y parecería que hay una segunda ola de eventuales adquisiciones. A veces lo que se produce es un achicamiento de las posibilidades de elegir al consumidor, con reducciones de estructura. Eso es lo malo, pero se espera que las compañías sigan invirtiendo y cada vez más.
¿Cómo será la convivencia con Syngenta, ya que tienen el mismo dueño?
La idea es mantenernos como dos compañías independientes, con un objetivo común de atender las necesidades de productores, pero con distintos modelos de negocios. Competiremos y cooperaremos como lo hacíamos antes.













