

La venta de maquinaria agrícola creció 18,5% el año pasado. En términos de facturación, creció un 72,8%, lo que implica que, mientras sigue cobrando más participación la maquinaria de origen nacional sobre la importada, el aumento de los precios fue significativo.
Según el informe trimestral sobre el sector que publica el Indec el último con los datos del cierre de 2013 se vendieron en el país 20.383 unidades por
$ 9.698,8 millones.
La categoría que más incrementó sus ventas fue la de los tractores, con un total de 7.476 unidades vendidas, el 40% de ellas, de fabricación nacional. Esta categoría aumentó su precio un 37% comparando el precio promedio por unidad de 2012 con las del año pasado. El costo promedio de un tractor nuevo fue de $ 479.712 contra los
$ 350.450 que se pagaron en 2012. La facturación global del segmento fue de $ 3.586 millones.
El siguiente incremento en ventas lista a los implementos, que pasaron de 8.532 unidades en 2012 a 9352 el año pasado. Con un aumento de precios promedios de más del 50% y una participación local que alcanza casi el 25%, la facturación de este rubro fue de $ 2.387,2 millones.
La venta de cosechadoras creció levemente, desde las 1.226 de 2012 a las 1.240 unidades que se vendieron en 2013. En este segmento, la fabricación local se lleva el 61% del mercado. Los precios promedio tuvieron un incremento algo superior al 70% y así el precio unitario superó los 2 millones de pesos. La facturación por este grupo, entre nacionales e importadas, fue de $ 2.486 millones.
La única categoría que bajó sus ventas fue la de las sembradoras, que son casi totalmente producidas en el país, con el liderazgo de la firma Agrometal.
Se vendieron 2.315 unidades contra las 2.358 de 2012. Sin embargo, la facturación total creció por el alza del 30% en los precios promedios, que pasaron de
$ 410.305 a 535.324 el año pasado. Así, por este grupo de maquinarias, el campo pagó un total de
$ 1.232,4 millones.
En los últimos años se vienen dando dos movimientos en el mercado de la maquinaria agrícola. El primero es un proceso de sustitución de importaciones que el gobierno nacional impulsó a través de beneficios, pero fundamentalmente, con frenos a las importaciones de maquinaria de Brasil. Así, cosechó millonarias inversiones de compañías como New Holland, John Deere y Massey Ferguson.
En segundo término, la renovación periódica de las líneas de crédito subsidiadas para la compra, a través del Banco Nación, es una de las herramientas que más moviliza al mercado.
La facturación por maquinaria nacional creció 66,2% el año pasado, y 22,8% en unidades.













