Ayer fue un día extremo en el Dakar: apenas despuntaron los primeros rayos del sol detrás de los cerros riojanos, en Chilecito, el calor se hizo apremiante. Las motos largaron la primera etapa de la jornada pasadas las 6 de la mañana, desde la Rioja, en un paraje perdido en medio de las montañas, con rumbo a Catamarca. Luego lo hicieron los cuatriciclos, autos y camiones. A medida que las horas pasaban el sol ardía con más fuerza y los curiosos que se acercaban intentaban resguardarse bajo alguna de las pocas sombras entre la escasa vegetación.

La falta de lluvias en las últimas semanas, además del terreno escarpado que une Chilecito con Belén, complicó a todos los pilotos. Es el Dakar más duro de todos los que se corrieron en Sudamérica, contó a El Cronista el piloto boliviano Juan Carlos Salvatierra. Esto mismo aseguró Etienne Lavigne, el director de ASO, la empresa que organiza esta dura competencia y también el Tour de France.

El Dakar es muy difícil, muy complicado, comentó el francés. La dificultad del raid de ayer, sumado al cansancio de los pilotos, provocó un cambio de rumbo por parte de la organización, que decidió suspender la segunda etapa del día, alertados por la escasa cantidad de pilotos que llegaron a la primera meta.

Pero esa suspensión estuvo lejos de ser el único imprevisto de la jornada: cerca del mediodía, en Juan Bautista Alberdi, una localidad ubicada al sur de Tucumán, una protesta bloqueó el camino de los equipos de asistencia en la ruta 38, generando algunas complicaciones y demoras, aunque esto no derivó en un freno a la competencia.