Los 4 pueblos abandonados de México que conservan lugares sagrados y leyendas ancestrales
Conoce estos lugares plagados de misticismo y leyendas que erizarán la piel del viajero más escéptico.
México es una nación que rebosa misticismo y tradiciones ancestrales. Desde las imponentes pirámides mayas hasta los coloridos mercados de artesanías, el país entero rezuma una energía mágica que emana de sus raíces indígenas. Y en algunos rincones olvidados, esa magia cobra vida de formas insospechadas.
Conoce estos pueblos fantasma en México que destacan no solo por su peculiar atmósfera, sino también por detalles como su arquitectura, gastronomía e historias que desafían la razón.
Real de Catorce, San Luis Potosí: el pueblo minero abrazado por el desierto
En el corazón del desierto potosino se encuentra Real de Catorce, un pueblo que antaño bullía con la actividad minera. Durante 200 años, los mineros arrancaron riquezas de las entrañas de la tierra, mientras que los huicholes, el pueblo indígena de la región, veneraban al desierto de Wirikuta como lugar sagrado.
Hoy, el pueblo ha sido parcialmente reanimado por el turismo, pero su ambiente místico persiste, invitando a los viajeros a sumergirse en su atmósfera única.
San Juan Parangaricutiro, Michoacán: la iglesia que desafió al volcán
En 1943, el volcán Paricutín entró en erupción, cubriendo de lava las calles de San Juan Parangaricutiro. Mientras los habitantes huían despavoridos, solo una construcción permaneció en pie: la iglesia del pueblo.
En la actualidad, esta iglesia solitaria se erige como un monumento a la furia de la naturaleza y la resiliencia del espíritu humano, atrayendo a curiosos de todo el país para admirar su belleza sobria en medio del paisaje volcánico.
Misnébalam, Yucatán: leyendas que cobran vida
En la península de Yucatán, el pueblo de Misnébalam se ha convertido en un imán para los amantes de lo sobrenatural. En la década de 1920, este lugar prosperó gracias a la producción de henequén, pero con el tiempo cayó en el abandono.
Sus calles desiertas y sus casas en ruinas son el escenario perfecto para las leyendas de corte tenebroso que se cuentan entre los lugareños, dándole un aire de misterio que eriza la piel de los viajeros más escépticos.
Guerrero Viejo, Tamaulipas: la cúpula que desafía las aguas
En 1953, los habitantes de Guerrero Viejo se vieron obligados a abandonar sus hogares debido a la construcción de una presa en el Río Grande. Hoy, solo la cúpula de la Iglesia de Nuestra Señora del Refugio se eleva por encima de las aguas que cubrieron el pueblo, como un faro que recuerda la historia de esta comunidad sacrificada en aras del progreso. Los visitantes pueden apreciar esta cúpula restaurada y rememorar los tiempos en que Guerrero Viejo era un pueblo próspero y vibrante.
Desde los desiertos del norte hasta las selvas del sur, estos pueblos fantasma ofrecen una experiencia única para los viajeros que buscan sumergirse en el misticismo y la historia de la nación mexicana.