

En México, miles de pólizas de seguro de vida empresarial permanecen sin cobrar, pese a que forman parte de las prestaciones más comunes en el mercado laboral, alertó CAE Insurance, bróker de seguros, que identifica como principal causa la falta de información que reciben los trabajadores y sus familias sobre los alcances reales del seguro.
Datos de la Condusef muestran la magnitud del fenómeno: el seguro de vida es el segundo producto más reclamado, solo detrás del de autos, principalmente porque los beneficiarios desconocen que existe la póliza o no saben cómo hacerla válida.
Ángel González, director general de CAE Insurance, señaló que el problema no radica en la prestación, sino en la escasa claridad con la que se comunica.
“Ofrecer un seguro de vida es un acto de compromiso, pero explicarlo adecuadamente es un acto de empatía y responsabilidad corporativa”, afirmó.
Además, añadió que el empleado sabe que tiene un seguro, pero desconoce la suma asegurada, las exclusiones, los requisitos para hacerlo válido y, crucialmente, si esa cobertura es realmente adecuada para el nivel de vida de su familia.
Aunque el seguro de vida es un producto con alto impacto social, su penetración sigue siendo baja.
La AMIS reportó que en 2024 las aseguradoras pagaron más de MXN $201,000 millones en siniestros de vida, pero menos del 20% de la población económicamente activa cuenta con una póliza, lo que mantiene una amplia zona de desprotección financiera.
Sumas aseguradas
Para las empresas que ya ofrecen esta prestación, la tarea pendiente es brindar asesoría especializada.
Según CAE Insurance, muchas pólizas colectivas cuentan con sumas aseguradas estandarizadas que apenas cubren gastos inmediatos, sin asegurar estabilidad económica a largo plazo para los deudos.
La firma propone evaluar si la suma asegurada corresponde al perfil de los trabajadores, realizar sesiones informativas para que los empleados conozcan sus coberturas y beneficiarios, y promover que las compañías expliquen con claridad cómo complementar la protección.














