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Los socios de Sam’s Club o Costco, seguramente han notado una diferencia en el precio al pagar con tarjeta de crédito frente al efectivo o débito. Aunque la ley prohíbe las comisiones por uso de crédito, estas tiendas aplican abiertamente un precio más alto para este método de pago.

La clave es que no se trata de una comisión prohibida. Sam’s Club y Costco manejan legalmente dos precios distintos según el método de pago, exhibiéndolos en sus anaqueles.

Por qué Costco y Sam’s Club cobran más caro en pagos con tarjeta de crédito

El precio más bajo aplica para pagos en efectivo o con tarjeta de débito, mientras que el más alto corresponde al uso de la tarjeta de crédito. Esta diferencia de precios traslada al consumidor el costo de procesamiento que el banco cobra al comercio por la transacción con tarjeta de crédito.

¿Qué pasa con los meses sin intereses?

Incluso al aprovechar la opción de meses sin intereses el precio base sobre el cual se calculan las mensualidades ya es el más alto, el de crédito. Los meses sin intereses no eliminan esta diferencia inicial, solo la distribuyen. Por lo tanto, el monto total liquidado corresponde al precio inflado desde el principio.

Alerta para clientes de Costco y Sam's Club: por qué cobran más caro según el método de pago
Alerta para clientes de Costco y Sam's Club: por qué cobran más caro según el método de pago

Por qué Profeco permite el cobro más caro con tarjeta de crédito

La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ha validado esta práctica. No la considera una comisión disfrazada, sino un esquema de dos precios claramente informados y permitidos por la normativa.

La dependencia subraya que esta diferencia se sustenta en el contrato de membresía que el socio acepta al unirse.

Mientras los establecimientos muestren de forma visible ambos precios y no agreguen un cargo extra al momento de pagar, no incurren en ninguna irregularidad. El cliente, al contratar la membresía y elegir el método de pago, está optando por un precio que ya incluye ese costo adicional.

La opción queda en manos del consumidor: obtener el precio más bajo usando efectivo o débito, o pagar la tarifa premium por la comodidad del crédito.