

En México, millones de personas podrían llegar a la vejez sin ingresos suficientes para sostener su nivel de vida, a pesar de que los recursos del sistema de ahorro para el retiro continúan en expansión, de acuerdo con el reporte de Política Nacional de Inclusión Financiera (PNIF) 2025–2030.
Además, solo 45% de la población menor de 60 años cuenta con una cuenta de ahorro para el retiro, lo que deja ver que el problema no es la falta de dinero en el sistema, sino su baja cobertura y la insuficiencia del ahorro acumulado por los trabajadores.
El diagnóstico oficial advirtió que el ahorro para el retiro sigue siendo uno de los principales rezagos de la inclusión financiera.
Incluso entre la población ocupada, una parte relevante permanece fuera del Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR), pese a que desde 2005 cualquier persona puede abrir una cuenta Afore de manera voluntaria, aun sin contar con un empleo formal.
Aun con estas brechas, el sistema concentra recursos crecientes.
Julio César Cervantes, presidente de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar), señaló que se estima que los ahorros de los trabajadores alcanzarán 12 billones de pesos en 2030 y superarán los 30 billones de pesos en 2050, monto equivalente a más de la mitad del Producto Interno Bruto, lo que convertiría al sistema en la principal fuente de financiamiento del país.
Sin embargo, el aumento de los recursos no garantiza por sí mismo un retiro suficiente.
“Aunque las aportaciones voluntarias crecieron de 5.7% en 2021 a 7.9% en 2024, aún resultan insuficientes para garantizar un retiro digno”, advirtió un estudio reciente de Vanguard y la asociación México, ¿cómo vamos?
El análisis identificó que la falta de ingresos, la baja educación financiera y la poca confianza en las instituciones continúan siendo los principales obstáculos para incentivar este tipo de ahorro, que permite complementar los recursos acumulados en la Afore.
En algunas administradoras, las aportaciones voluntarias se mantienen en niveles bajos debido al desconocimiento de los usuarios sobre cómo realizarlas y a la desconfianza de que esos recursos puedan ser expropiados por el gobierno.
“La confianza en las instituciones es definitivamente uno de los ingredientes básicos”, afirmó Sofía Ramírez, directora de México, ¿cómo vamos?, al subrayar que sin ese elemento es difícil que los trabajadores destinen recursos adicionales a su ahorro para el retiro.
¿Qué se ha hecho para tener una buena jubilación?
Desde la iniciativa privada, explicó, se han impulsado herramientas como calculadoras que permiten a los usuarios estimar cuánto podrían recibir en la vejez si realizan aportaciones adicionales.
No obstante, recordó que antes de la aprobación de la reforma de pensiones de 2020 ya se había planteado como alternativa que los empleadores retengan de manera automática el ahorro voluntario, con el objetivo de facilitar su adopción.
Persisten los montos bajos
Para Moisés Pérez Peñaloza, experto en pensiones y fundador de Yo Jubilado, el contraste entre las cifras macro y la realidad de los trabajadores explica buena parte del problema.
Señaló que, aunque el sistema ya concentra alrededor de una quinta parte del PIB y cada año recibe más recursos por el incremento gradual en las aportaciones patronales, el monto promedio que acumulan las personas es bajo cuando se reparte entre millones de cuentas activas e inactivas.
“El sistema se ve muy robusto a nivel macro, pero no necesariamente tiene el mismo efecto en el individuo”, advirtió.
De acuerdo con el especialista, esta brecha ha derivado en que la mayoría de las pensiones bajo la Ley 97 se ubiquen en niveles mínimos o dependan de la pensión garantizada, ya que los saldos acumulados no alcanzan para sostener ingresos suficientes en la vejez.
Pérez Peñaloza añadió que, aunque en 2025 se observó un mayor impulso a programas de educación financiera desde autoridades y empresas, los rezagos son generacionales y no se corrigen en un solo año.
Subrayó que el reto no solo es informativo, sino de creación de hábitos, como revisar rendimientos, entender conceptos básicos y realizar ahorro voluntario de manera constante.
El desafío es mayor en un mercado laboral marcado por la informalidad.
La PNIF reconoció que, sin cambios sostenidos en la educación financiera y sin mecanismos que faciliten las aportaciones voluntarias, el crecimiento del sistema de pensiones no será suficiente para evitar que millones de personas enfrenten la vejez con ingresos limitados y una mayor dependencia de apoyos públicos.
















