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El panorama legislativo en México se prepara para recibir una de las reformas laborales más significativas de los últimos años. Se espera que el próximo jueves 20 de noviembre, fecha que conmemora el aniversario de la Revolución Mexicana, la Presidenta Claudia Sheinbaum cumpla uno de sus 100 compromisos de sexenio y remita formalmente al Congreso la iniciativa para reducir la jornada laboral semanal de 48 a 40 horas.

Este movimiento acelerará el debate en la Cámara de Diputados, donde las propuestas similares ya existentes, incluida una previa del Partido del Trabajo (PT), serán presumiblemente descartadas para concentrar la atención en el proyecto prioritario de la Presidencia, marcando un hito en la agenda laboral en México.

La propuesta de reforma laboral a 40 horas no surge de manera improvisada; será presentada oficialmente a través de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), encabezada por Marath Bolaños.

Su elaboración ha sido precedida por una serie de foros nacionales de discusión, en los que participaron activamente representantes del sector patronal, de los sindicatos, los trabajadores y diversos especialistas en la materia. Este proceso de consulta buscó asegurar que la iniciativa presidencial refleje un amplio consenso entre las partes involucradas, facilitando así su tránsito y eventual aprobación legislativa en un marco de derechos laborales.

Cuándo entra en vigor la reducción de la jornada laboral que presentará Sheinbaum

De concretarse el envío de la iniciativa presidencial el 20 de noviembre, el Congreso de la Unión enfrentará una carrera contra el tiempo. Tanto la Cámara de Diputados como el Senado de la República tendrían un plazo límite hasta el 15 de diciembre, día en que concluye el actual periodo ordinario de sesiones, para completar su análisis y, de ser el caso, aprobar la reducción de la jornada laboral.

Si por alguna razón los legisladores no logran finalizar la discusión y votación antes de esta fecha, deberán considerar la convocatoria a un periodo extraordinario de sesiones o, alternativamente, posponer la continuación del proyecto hasta el 1 de febrero de 2026, cuando inicie el próximo periodo ordinario.

En las mesas de diálogo y reuniones técnicas previas, los representantes del sector empresarial e industrial han manifestado una preocupación principal: la necesidad de que la implementación de la jornada de 40 horas se realice de forma paulatina y escalonada.

Esta petición se fundamenta en la necesidad de otorgar a las empresas el tiempo suficiente para efectuar los ajustes logísticos, de productividad y de personal que requiere una transformación de este calado en el mercado laboral mexicano, buscando mitigar posibles impactos económicos negativos y asegurar una transición fluida.