Sin precedentes | Arqueólogos hallan una pirámide escondida en el corazón de México
Durante la construcción del tercer carril de la carretera federal 105, los trabajaron encontraron restos únicos con más de 375 años.
Un grupo de trabajadores encontró una pirámide prehispánica de aproximadamente 375 años de antigüedad en Hidalgo, cerca de la construcción de un tercer carril de la carretera federal 105, Pachuca Huejutla.
Dicho descubrimiento ocurrió a inicios de junio de 2024 y hoy forma parte de un asentamiento conocido como San Miguel.
Un gran descubrimiento en México
El sitio arqueológico está compuesto por cinco sectores y, por lo menos, diez montículos arqueológicos que datan entre los períodos Epiclásico (650-950 d. C.) y Posclásico Tardío (1350-1519 d. C.).
También se recolectaron más de 150 muestras de materiales cerámicos, tanto malacológicos como líticos.
Asimismo, te tomaron muestra de pisos de cal, carbón, tierra y madera carbonizado, y en los próximos meses serán sometidas a análisis de laboratorios para contar con más datos.
¿Por qué es tan importante este descubrimiento?
Los recientes hallazgos en la región de la Sierra Alta de Hidalgo, específicamente en la zona de la Barranca de Metztitlán, están a punto de revolucionar nuestra comprensión de la ocupación humana en esta parte del territorio.
Según los expertos, estos descubrimientos permitirán reconstruir de manera más precisa la historia de esta región, desde los primeros asentamientos humanos hasta el florecimiento de sociedades complejas como el señorío metzca.
La evidencia arqueológica sugiere que la Barranca de Metztitlán fue habitada de manera continua desde hace por lo menos 14,000 años.
Durante este extenso período, diferentes culturas se desarrollaron y dejaron su huella en el paisaje. Destaca el señorío metzca, una sociedad multiétnica que alcanzó un alto grado de complejidad social y política.
Sin embargo, la fragilidad de estos restos exigió la implementación de medidas de conservación rigurosas.
Con el fin de proteger la pirámide descubierta y garantizar su preservación para futuras generaciones, los arqueólogos optaron por reenterrarla utilizando geotextil, un material especializado que permite aislarla de los elementos y prevenir su deterioro.