¿Por qué flores amarillas el 21 de septiembre? El verdadero significado detrás de esta tradición
Esta tradición, profundamente arraigada en América Latina, se originó en una telenovela y evolucionó hasta convertirse en un símbolo universal.
El 21 de septiembre no solo marca el inicio de la primavera en el hemisferio sur, sino que también coincide con el Día Internacional de la Paz, una fecha establecida por las Naciones Unidas en 1981 para promover la no violencia y la paz en el mundo.
Esta confluencia de eventos dio origen a una tradición significativa: el regalo de flores amarillas.
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¿Qué significa regalar flores amarillas el 21 de septiembre?
El regalo de flores amarillas el 21 de septiembre trasciende la simple costumbre, convirtiéndose en un símbolo profundo de alegría, esperanza y amistad.
Originada en la pantalla chica, la tradición de regalar flores amarillas creció en los últimos años. La telenovela Floricienta sembró en América Latina la semilla de este gesto romántico, que desde entonces se instaló en la cultura popular.
Estas flores, que florecen con el renacer de la naturaleza, evocan sentimientos positivos y actúan como un vehículo de emociones compartidas.
De hecho, en diversas culturas, el color amarillo se asocia con la felicidad y la energía, lo que las convierte en un obsequio ideal para celebrar la llegada de la primavera y el anhelo de un mundo más pacífico.
La conexión con el Día Internacional de la Paz
Si bien el acto de regalar flores amarillas no está oficialmente vinculado al Día Internacional de la Paz, su simbolismo se alinea con los ideales de esperanza y armonía que promueve esta celebración.
Qué significan las flores amarillas
Las flores amarillas fueron valoradas a lo largo de la historia por su simbolismo. Este color, que evoca la luz del sol, se asocia comúnmente con sentimientos de felicidad y optimismo.
Las tonalidades brillantes de las flores amarillas no solo iluminan el espacio, sino que también transmiten emociones positivas, convirtiéndolas en un regalo ideal para expresar buenos deseos.
En el ámbito de las relaciones interpersonales, las flores amarillas representan la amistad y el amor platónico.
Regalar un ramo de estas flores es un gesto significativo de aprecio hacia amigos cercanos o seres queridos, simbolizando gratitud y conexión emocional.
Además, el amarillo está vinculado a la esperanza y la creatividad, recordándonos que siempre hay oportunidades para nuevos comienzos.
Las flores amarillas, por tanto, no son solo un simple adorno floral; son un poderoso símbolo de alegría, amistad y un futuro prometedor.
También representan la calidez y energía, siendo perfectas para animar a alguien que lo necesite.