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Debido a las presiones ejercidas por Estados Unidos, hay un país de Latinoaméricaque decidió abandonar un megaproyecto comercial de China, conocido como "Ruta de la Seda", bajo el argumento de que los beneficios provistos no se concretaron y que priorizan la soberanía nacional ante la influencia estadounidense.

El país en cuestión es Panamá, y dicha decisión se dio en medio de tensiones geopolíticas debido al rechazo, del país presidido por Donald Trump, a la inminente influencia de China en puntos como el Canal de Panamá.

Ruta de la Seda: la decisión de Panamá de abandonar el megaproyecto comercial de China

Panamá anunció su retiro de la iniciativa china en febrero de 2025, luego de una reunión clave entre el presidente panameño José Raúl Mulino y el secretario de Estado estadounidense Marco Rubio.

Durante el encuentro, Estados Unidos expresó su preocupación por el control e influencia que China podría ejercer en la región a través del Canal de Panamá, un punto estratégico para el comercio global.

Esta presión diplomática fue determinante para que Panamá decidiera no renovar el memorando de entendimiento firmado con China en 2017, poniendo fin a su participación en la Franja y la Ruta.

A pesar de esto, Panamá mantiene relaciones diplomáticas y comerciales con el país asiático, buscando equilibrar intereses económicos y estratégicos.

  • Panamá fue el primer país latinoamericano en retirarse oficialmente de la iniciativa.
  • La Iniciativa de la Franja y la Ruta busca expandir la influencia económica de China globalmente.
  • Las relaciones diplomáticas entre Panamá y China continúan vigentes pese a la retirada.

¿Cómo impacta en Panamá su salida de la "Ruta de la Seda"?

La salida de Panamá del megaproyecto comercial chino refleja un escenario complejo en América Latina, donde la influencia de China crece, pero también genera resistencia por parte de Estados Unidos.

Este movimiento marca un precedente para otros países de la región que evalúan su participación en iniciativas similares.

Esta resolución muestra que las presiones internacionales y la defensa de intereses estratégicos pueden alterar los proyectos de cooperación económica.

La situación plantea un nuevo equilibrio en la relación entre Latinoamérica, China y Estados Unidos, con implicaciones geopolíticas y económicas de largo plazo.