Un informe preliminar elaborado por investigadores de las universidades de Cádiz y Córdoba, bajo la coordinación del prestigioso catedrático de Prehistoria José Ramos, determina "la importancia arqueológica, científica y patrimonial del hallazgo", a pesar de que la Junta de Andalucía considera que se trata de "materiales líticos muy rodados y conchas y restos óseos animales difícilmente adscribibles a período concreto alguno".
Los cinco expertos que firman el documento (José Ramos, Salvador Domínguez, Eduardo Molina, José Antonio Riquelme y Manuel Alejandro Benítez) destacan la necesidad de conocer la procedencia del vertido, posiblemente el suelo marino de la Bahía de Málaga, que hace miles de años estaba habitado por sociedades paleolíticas, con el fin de poder proteger la zona y reclaman un mayor control y seguimiento de las extracciones de arena para evitar situaciones como esta.
Piedras talladas del Paleolítico, como puntas musterienses, raederas o denticulados, además de moluscos y restos óseos de animales del período Holoceno, son algunos de los cientos de vestigios prehistóricos que un vecino de Málaga ha hallado casualmente en unos montículos de arena depositada en la playa Sacaba, en el extremo oeste de la ciudad.
En total son más de 2,000 las piezas que Juan María Álvarez, fotógrafo de profesión, ha ido recogiendo en los últimos meses en la superficie de esta gran duna de tierra dragada, destinada a la reposición de arena de playa. Y sigue habiendo muchas más: no hay día que pase por allí que no encuentre nuevo material.
Un descubrimiento inesperado
La trayectoria de más de treinta años de Juan María Álvarez en el ámbito de la fotografía y la documentación arqueológica le ha permitido reconocer la relevancia del material hallado en la playa de Sacaba. El hombre, de 64 años y residente en las cercanías de la zona, relata a EFE que el descubrimiento se produjo de forma totalmente casual: "Echando una tarde de playa vi una piedra y me di cuenta de que era sílex y que podía ser una herramienta".
En este gran montículo de arena, que mide aproximadamente 175 metros de largo, 40 de ancho y 3.5 de alto, Álvarez estima haber encontrado hasta el momento "más de 2,000 piezas, entre dientes, sílex, huesos, madera..". Aunque se trata de restos de diversas dimensiones, lo importante, enfatiza su descubridor, "no es solo la cantidad, sino la variedad y la calidad" de los mismos.
Inicialmente, no prestó demasiada atención al hallazgo, pero en los días siguientes comenzó a observar más restos, hasta que en Navidad se comunicó con José Ramos, de la Universidad de Cádiz (UCA), quien le confirmó que se trataba de materiales elaborados por poblaciones neandertales.
Álvarez conserva el material, meticulosamente clasificado y documentado, en su despacho, aunque su aspiración es que todo sea finalmente depositado en el Museo Arqueológico de Málaga, donde actualmente se encuentran resguardadas un centenar de piezas, las primeras que recogió.
Tanto la Guardia Civil como la Policía Nacional adscrita a Andalucía están informadas sobre el hallazgo y han notificado a la Junta, que en un informe fechado el 19 de junio concluye que los restos "no corresponden con material arqueológico".
Más de 50,000 años de historia
En declaraciones a EFE, el profesor José Ramos, con una destacada trayectoria en la investigación paleolítica, detalla que los restos encontrados en Sacaba incluyen, por un lado, "objetos líticos muy claros" pertenecientes al Paleolítico medio, que deben tener entre 50,000 y 150,000 años.
Junto a ello hay objetos y elementos óseos, tanto de fauna marina como terrestre, como moluscos, cerdos, peces y ovejas, asociados a la época del Holoceno, que comenzó hace unos 12,000 años.
En este grupo se incluyen núcleos, lascas y herramientas talladas por grupos neandertales, como puntas musterienses, raederas, muescas y denticulados. "Se aprecia toda la cadena operativa de los pobladores del litoral del sur de la Península que tallaron esos objetos y que pueden corresponder probablemente a poblaciones neandertales", apunta el experto.
"No destaca una pieza o un objeto, sino un conjunto que habla de la importancia de esos materiales, que deben ser controlados", afirma el catedrático malagueño, que subraya: "Los restos son de gran interés y han de ser analizados".
El profesor no entiende la decisión de la Delegación Territorial de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte en Málaga.
La génesis del vertido
En su opinión, las administraciones malagueñas deberían controlar las extracciones de áridos que se realizan en tierra y en el litoral, con arqueólogos a pie de obra, como hacen otros países e incluso otras provincias, como Cádiz, ante la posibilidad de que aparezcan objetos de "gran relevancia histórica".
Tan importante es eso, sostiene Ramos, como determinar de dónde procede la tierra depositada en Sacaba. Según la Junta, este material proviene de un solar en obras situado muy cerca de la playa y fuera de zonificación arqueológica. Cuando le llegó la notificación del hallazgo, la cimentación y la estructura del nuevo edificio ya estaban finalizadas, por lo que no se pudo comprobar nada.
José Ramos insiste en la necesidad de indagar el origen del vertido, dado que allí hay material paleolítico y otros más recientes, probablemente neolíticos, que habría que proteger por su gran interés histórico.
Y es que en toda la Bahía de Málaga se han producido a lo largo de la historia importantes elevaciones y descensos del nivel del mar y hay estudios que confirman la existencia de plataformas, actualmente bajo el agua, que constituían el territorio de explotación y desarrollo de las sociedades cazadoras-recolectoras del Pleistoceno.
"Es de suponer", además, que esa misma tierra fue extraída con anterioridad del litoral y utilizada como relleno del terreno, por lo que "es prácticamente imposible averiguar su procedencia exacta", sostiene la Junta.
"En momentos fríos del Cuaternario, el nivel del mar llegó a bajar hasta 120 metros, existiendo importantes plataformas actualmente sumergidas. Ese territorio estaba vinculado sobre todo a las poblaciones de Homo sapiensneanderthalensis y Homo sapiens sapiens, es decir, neandertales y humanos anatómicamente modernos", comenta el arqueólogo.
"Es un tema arqueológico y patrimonial de gran alcance que debería tener mayores medidas de protección", sentencia el catedrático.
Fuente: EFE.