El atentado más mortífero en la capital afgana, Kabul, desde la invasión estadounidense en 2001 causó 90 muertos y 463 heridos en el barrio diplomático.

Un camión cisterna con una tonelada y media de explosivos dejó un cráter de 7 metros de profundidad cerca de la embajada alemana, en el cuarto día del mes sagrado del Ramadán. Las sedes diplomáticas de Francia y China fueron de las más dañadas, sin reportar víctimas fatales.

El presidente afgano, Ashraf Gani, había pedido a todos los grupos insurgentes que respetaran la celebración del mes sagrado y detuvieran sus acciones armadas. Ningún grupo armado reivindicó la autoría del hecho.