

Las fuerzas rebeldes libias se preparan para entrar en las próximas horas en la ciudad de Bani Walid, una de las tres en las que todavía resisten los leales khadafistas y en la que suponen podría estar escondido el coronel Muammar Khadafi o su hijo Saif al Islam.
Los rebeldes dieron hasta las diez de 10.00 de la mañana (hora local) de plaza para que los asediados icen la bandera rebelde en la ciudad, porque, de lo contrario, entrarán por la fuerza.
Según declaró el comandante Alis Mohamed, de las fuerzas especiales de Trípoli, no se han registrado combates en las últimas 24 horas, aunque ha habido algunos enfrentamientos armados en algunas zonas de la ciudad.
Fuentes militares rebeldes advirtieron de que no se prolongará el ultimátum ya que este ha sido utilizado por las fuerzas khadafistas para aprovisionarse, pero también para huir a ciudades más al sur como Sebha, otra de las que todavía están en poder de las fuerzas leales a Khadafi.
El comandante Alis manifestó que no sabía cuántos khadafistas podría haber en la ciudad, aunque se estima que serían varias decenas de mercenarios contratados por Khadafi en otros países.
Según se pudo comprobar, a las puertas de la ciudad, situada a la entrada del Gran Desierto Rojo y en la que resiste la tribu de los Wafalla, unas de las más fieles al coronel, hay una calma tensa, con los milicianos montados en los coches militares y con las armas preparadas a la espera de recibir una orden.
Los rebeldes, acantonados desde hace días, aparecían este domingo expectantes un nerviosos, ante la posibilidad de entrar en la ciudad.













