Desde fines de los 80, el economista y ensayista francés Guy Sorman viene regularmente a la Argentina. En esta oportunidad fue invitado por el Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI) para presentar su nuevo libro: “Diario de un optimista”. Se proclama un enamorado de este país pero no así de las decisiones políticas y económicas que se han llevado adelante en los últimos años, por lo que siempre se ha mostrado muy crítico del modelo kirchnerista. Sin embargo, en esta ocasión y antes de comenzar la entrevista con Cronista.com, aclara: “Siento que cada vez que vengo a la Argentina intentan que hable mal del Gobierno o que tome partido. Yo sólo me dedico a opinar sobre lo que veo, sin tomar partido”.

No obstante, al preguntarle sobre el rumbo de la economía argentina, su respuesta es implacable: “Si el Gobierno argentino creyera en su propio éxito, no manipularía las estadísticas monetarias. El país está muy aislado defendiendo una economía propia de la década de los 60, caracterizada por un profundo control por parte del Estado, restricciones económicas, manipulación de la moneda y una reticencia a pagar las deudas. La situación es poco real.” Luego, explica porqué el Gobierno de Cristina Kirchner ya no cuenta con viento a favor: “El repunte argentino luego de la asunción de Néstor Kirchner gozó de una situación interna favorable, fue pagando la deuda de forma lenta y los altos precios de la soja ayudaron a ese escenario. Pero, ¿se conformó un nuevo modelo? Ahora, con las nuevas corrientes económicas internacionales, el país no podrá seguir avanzado”.

Para el Gobierno argentino, son los organismos como el Fondo Monetario Internacional y sus políticas monetarias los que ponen limitaciones para el avance de las economías internacionales. Sorman descarta esta teoría y hasta minimiza el rol de la entidad: “Hoy en día el FMI no tiene la influencia que tenía en otros momentos. Hoy puede desaparecer de la noche a la mañana y nadie lo va a advertir, solo los burócratas q trabajan para ese organismo”.

Al respecto, son las países europeos las que más han sufrido en los últimos años. En efecto, Francia se sumó al grupo de economías en recesión. Sobre este punto, el escritor hace una aclaración: “No existe una crisis europea como tal. En primer lugar, dicha crisis no radica ni en el euro ni en la fortaleza de la federación europea. Todo radica en el estado de bienestar. Esto ya no es sostenible para muchos países dado que fue realizado en los 60, cuando había un gran dinamismo demográfico que ya no existe más. Entonces ahora se produce una gran contradicción en el marco de esos países que sostienen el estado de bienestar, de ahí la diferencia entre países como Alemenia o Escandinavia. Es entonces en el estado de bienestar donde debemos encontrar la soluciones para hacer de la UE una federación de estados competitiva y dinámica.”

Entonces, en este escenario de continuos cambios e incertidumbre económica ¿los argentinos podemos ser optimistas? Para Sorman, el país aún tiene una oportunidad: “Argentina no es una isla, no vive en la luna, tarde o temprano tendrá que aprender de las enseñanzas de la globalización, el libre comercio, el espíritu emprendedor de carácter privado y también del estado de derecho. Creo que el país está pasando por un periodo de transición. Siempre ha sido abierto y ahora no sería inteligente que renuncie a importar cosas que lo benefician. No es una nación suicida, creo que utilizará todos sus recursos de la mejor manera.” Y reitera: “El estado de derecho cuando se aplica, redunda en una mejor vida para toda la población, tanto desde el punto de vista político como de la dignidad humana. Y así también en las perspectivas económicas y financieras para ese país.”