

China anunció este viernes que aplicará a partir del 1 de enero de 2026 medidas de salvaguardia sobre la carne de vacuno importada, que incluirán cuotas específicas por país y un arancel adicional del 55 % para las importaciones que superen esos límites, según informó este miércoles el Ministerio de Comercio del país asiático.
Las disposiciones estarán en vigor durante tres años, hasta el 31 de diciembre de 2028, y se aplicarán mediante cuotas anuales por país, que se irán ampliando de forma gradual, señalo el organismo.
En Argentina tendrá un impacto fuerte en la ganadería: según la disposición china, el cupo de importación será de 511.000 toneladas y continuará con el arancel del 12,5%. Sin embargo, si el volumen es superior, deberá afrontar un 55% de tasa.
Para dimensionar la repercusión local, hay que tener en cuenta el rol de China como principal mercado para la carne local: en los primeros 11 meses del año, Argentina exportó un total de 654.800 toneladas, y 458.360 toneladas fueron con destina al país asiático.
Por su parte, Brasil tendrá en 2026 un cupo de importación de 1,1 millones de toneladas, mientras que Uruguay tendrá un límite de 324.000 toneladas. En tanto, Australia y Estados Unidos podrán exportar hasta 200.000 y 164.000 toneladas, respectivamente.
Según el comunicado hecho público por la cartera comercial, las importaciones de carne de vacuno aumentaron de forma significativa en los últimos años y existe una relación causal entre ese incremento y las dificultades que atraviesa el sector doméstico, lo que justifica la adopción de medidas de protección temporal conforme a la normativa china y a las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Una vez agotado el volumen asignado, las importaciones quedarán sujetas a un arancel adicional del 55 %, que se sumará a los derechos ya vigentes. El Ministerio precisó que las importaciones dentro de los cupos mantendrán los aranceles actuales y que las cuotas no utilizadas no podrán trasladarse al año siguiente.

Además, durante el periodo de aplicación quedarán suspendidos los mecanismos de salvaguardia específicos previstos en el acuerdo de libre comercio entre China y Australia.
Quedarán excluidos de estas medidas los países en desarrollo cuya cuota individual no supere el 3 % del total de importaciones y cuyo peso agregado se mantenga por debajo del 9 %, aunque esa exención podrá revisarse si se superan dichos umbrales.
La decisión pone fin a una investigación iniciada el 27 de diciembre de 2024, a petición de asociaciones ganaderas chinas, para evaluar el impacto del fuerte aumento de las importaciones de carne de vacuno sobre la industria local.
Según los datos oficiales difundidos al abrir el expediente, las compras exteriores crecieron casi un 65 % entre 2019 y 2023 y más de un 100 % en la primera mitad de 2024 en comparación con 2019, elevando la cuota de mercado de la carne importada por encima del 30 %.
Durante el proceso el Ministerio de Comercio recopiló información mediante cuestionarios, audiencias públicas y verificaciones sobre el terreno, con la participación de gobiernos y empresas exportadoras de países como Brasil, Argentina, Uruguay, Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos, principales proveedores del mercado chino.

El anuncio se produce en un contexto de crecientes tensiones comerciales internacionales, en el que Pekín ha activado o ampliado investigaciones similares sobre productos como el cerdo, determinados lácteos o el brandy procedente de la Unión Europea, en paralelo a las fricciones con Bruselas por los aranceles europeos a los vehículos eléctricos chinos.
No obstante, el Ministerio de Comercio subrayó que las medidas sobre la carne de vacuno no están dirigidas contra países concretos, sino que buscan proporcionar un alivio temporal al sector doméstico para facilitar su ajuste.
China es el mayor importador mundial de carne de vacuno y adquirió un récord de 2,87 millones de toneladas en 2024, según datos de aduanas. En la primera mitad de 2025 las importaciones cayeron un 9,5 % interanual, en un momento en el que el sector ganadero local denuncia presiones prolongadas sobre la rentabilidad y una reducción de la capacidad reproductiva.













