

El rey de España, Felipe VI, disolvió el Parlamento español y llamó a nuevas elecciones parlamentarias para el próximo 10 noviembre, las cuartas en los cuatro últimos años.
La decisión se tomó luego de que se frustrara cualquier alianza entre los partidos principales para lograra mayoría parlamentaria y poder poner a un representante en la presidencia del gobierno.
El PSOE, partido del jefe de Estado, Pedro Sánchez, no pudo convencer a Unidas Podemos, el partido de centroizquierda que lidera Pablo Iglesias, de conformar una alianza.
Sin embargo, las nuevas elecciones no aseguran resultados que eliminen estas trabas. Al contrario, todo hace prever que la inestabilidad política se va a extender aún más.
Sucede que una nueva fuerza, desprendimiento de Podemos, quiere presentarse en la elección. Así los partidos parlamentarios nacionales pasarían de cinco a seis -tres de derecha y tres de izquierda-, aparte de las minorías de nacionalistas vascos e independentistas catalanes.














