

En el contexto de un escenario regional tenso, Eduardo Bolsonaro –diputado e hijo del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro–, advirtió que "si la izquierda se radicaliza" el gobierno podría implementar medidas usadas durante la última dictadura militar. "Una de las respuestas podría ser una nueva AI-5, a través de una legislación aprobada por plebiscito", afirmó Bolsonaro al ser preguntado sobre las protestas en Chile y las eventuales repercusiones en su país.
Los dichos del jefe del bloque del Partido Social Liberal (PSL) despertaron el rechazo de todo el arco político brasileño. Rodrigo Maia, presidente de la Cámara de Diputados y segundo en la sucesión presidencial, respondió: "Manifestaciones como las del señor Eduardo Bolsonaro son repugnantes, desde un punto de vista democrático, y deben ser rechazadas como toda posible indignación hacia las instituciones brasileñas".
O Brasil é uma democracia.
Manifestações como a do senhor Eduardo Bolsonaro são repugnantes, do ponto de vista democrático, e têm de ser repelidas como toda a indignação possível pelas instituições brasileiras.
Maia, cuya familia debió exiliarse durante la dictadura, advirtió: "La reiterada apología a los instrumentos de la dictadura es pasible de sanciones por parte de las instituciones democráticas brasileñas. Nadie está inmune a eso. Brasil nunca volverá a los años de plomo".
El Congreso de Brasil impulsará las reformas económica y fiscal
El tercer hijo de Bolsonaro también cosechó repudios dentro de su propio partido, inmerso en una fuerte interna que llevó al propio presidente brasileño a amenazar con abandonar la agrupación. "Es algo espantoso para no decir repugnante, en el Congreso representamos al ciudadano, no importa su ideología", dijo el diputado del PSL, Junior Bozzella.
Entre otras cosas, el Acta Institucional 5 (AI-5) –implementada en 1968– eliminó los habeas corpus, permitió detener personas sin orden judicial y por tiempo indeterminado, y fue utilizada para cerrar el Congreso brasileño.













