El Congreso de Brasil impulsará las reformas económica y fiscal

Tras la reciente aprobación de cambios históricos al sistema jubilatorio, el presidente de la Cámara Baja del Congreso brasileño afirma que ahora la primera prioridad es revisar el desmesurado sector público.

Brasil impulsará su ambicioso programa de reforma económica después de la reciente aprobación de cambios históricos al sistema jubilatorio, dijo Rodrigo Maia, presidente de la Cámara Baja del Congreso.

"Estamos atravesando la recuperación más difícil de una recesión desde los '80", afirmó Maia en una entrevista con Financial Times en Londres. "La reforma previsional fue un gran resultado, pero los próximos pasos serán clave".

La primera prioridad será revisar el desmesurado sector público de Brasil, seguida de una reforma fiscal. Contó que hay suficiente apoyo en el Congreso para garantizar la aprobación del primer paquete ya en marzo de 2020. "El pueblo brasileño ve que el Estado es demasiado caro, demasiado autoritario y que beneficia a muy pocas personas", señaló. "Es cierto. En los últimos 30 años se creó el Estado para beneficiar a grupos de lobby específicos en lugar de ciudadanos comunes".

Maia desempeñó un papel importante durante el paso del proyecto de reforma jubilatoria por la displicente Cámara Baja de Brasil. Maia, miembro del partido Demócratas de centroderecha, ayudó a garantizar la mayoría de tres quintas partes necesaria a pesar de los desacuerdos entre quienes apoyan a Jair Bolsonaro, el presidente derechista que asumió en enero, y los que se inclinan por el Partido de los Trabajadores (PT), de izquierda.

Sin embargo, a pesar de su apoyo al programa de reformas, con frecuencia no concuerda con Bolsonaro y su círculo de allegados propensos a los escándalos, describiéndolos como una "fábrica de crisis".

La economía brasileña se contrajo en más de 7% durante la recesión de 2015 y 2016 y desde entonces le cuesta crecer más de 1% anual.

Lo que fortaleció el optimismo de Maia en cuanto al ritmo de las futuras reformas fue el cambio de perspectiva entre los miembros de ambas cámaras del Congreso, que dejaron de perseguir mezquinos intereses personales y se dedicaron a buscar una transformación del Estado que libere dinero para inversiones en actividades productivas. "Es la inversión la que gana votos", dijo, en lugar de darles un puesto de empleo público a amigos y simpatizantes.

El Congreso se concentraría en impulsar el plan de reforma económica, y no la agenda conservadora de "valores" propuesta por Bolsonaro.

Maia contó que el Congreso ya redujo o rechazó varias medidas propuestas por Bolsonaro y sus partidarios, tales como la relajación de los controles de armas y el endurecimiento del secreto del gobierno.

El repentino ascenso al poder de Bolsonaro el año pasado fue seguido de un período de turbulentas relaciones con la legislatura en los primeros meses de su presidencia. Las disputas entre sus partidarios se agravaron desde entonces y se intensificaron en las últimas semanas. Según Maia, el Parlamento seguirá su propio curso, sin verse afectado por las luchas de poder internas del presidente.

"Cuando Bolsonaro comenzó a pelearse con el Congreso al principio de su presidencia, muchos de nuestros miembros pensaron que debíamos hacer que el gobierno fuera inviable", señaló Maia. "En cambio, mantuvimos el plan económico sin concordar con la agenda de valores del presidente".

Maia recibe elogios por sus habilidades políticas, y se ha ganado el respeto de los legisladores en la fragmentada legislatura brasileña compuesta por casi 30 partidos con ideologías poco definidas. Un opositor político de izquierda lo describió como "el hombre adecuado para el trabajo sucio" de impulsar la reforma jubilatoria por la Cámara Baja.

Como presidente de la Cámara, él decide qué proyectos de ley se debatirán. Logró formar una coalición de legisladores que están a favor de las reformas. "Es apropiado tener un gobierno de coalición", afirmó. "Incluso los que están en contra de Bolsonaro en el Congreso, no están en contra de las reformas".

Maia sonrió ante la sugerencia de que Brasil estaba operando bajo un sistema parlamentario en lugar de un sistema presidencial, y se negó a descartar la noción de que él se postularía para la presidencia algún día.

Sin embargo, a pesar de su éxito como orador y del hecho de que pertenece a una de las familias políticas más conocidas de Brasil —su padre fue alcalde de Río durante tres períodos— quizás le falte el carisma necesario para que lo elijan para un cargo superior. Su intento de suceder a su padre como alcalde de Río en 2012 terminó con apenas el 3% de los votos.

Pero el poder de Maia tiene límites. Muchas reformas también dependen del Senado, cuyo presidente, Daví Alcolumbre, se muestra más reacio a impulsar medidas como la privatización de Eletrobras, la compañía eléctrica estatal. Maia dijo que no tenía sentido presionar una venta, antes de tener asegurado el apoyo del Senado.

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