

'Cuando Brasilestornuda, la Argentina se resfría' asegura un refrán de autor desconocido pero bastante ajustado a la realidad. Y esto es así porque lo que ocurre en la principal economía de América Latina es un factor clave para la economía argentina, por varios factores.
La sólida relación bilateral se asienta especialmente en el Mercosur, una unión aduanera imperfecta aunque siempre con aspiraciones de superar restricciones y avanzar en acuerdos con otros bloques comerciales. Bajo ese paraguas ambos países buscan desarrollar el entorno de inversiones e impulsar el intercambio al interior del bloque y con otros socios comerciales.
Con un balance históricamente deficitario para nuestro país, el intercambio comercial (exportaciones + importaciones) cerraría este año mostrando un incremento cercano al 20% en comparación a 2017. Por el momento, pese a las turbulencias políticas y la incertidumbre por el resultado electoral en Brasil y la inestabilidad macroeconómica en nuestro país, el intercambio bilateral fluye por carriles aceitados.
En los últimos cuatro meses las exportaciones argentinas a Brasil experimentaron un fuerte dinamismo, en especial por la competitividad cambiaria que supuso el salto del tipo de cambio a partir de mayo, pero también por la desaceleración del ritmo de importaciones de insumos y bienes intermedios producidos en el vecino país, producto del enfriamiento de la economía argentina.
Según datos del Ministerio de Industria, Comercio Exterior y Servicios de Brasil, en agosto las exportaciones de productos primarios e industriales de la Argentina totalizaron u$s 1178 millones, un 38,8% más que el mismo mes del año anterior. Por su parte, las compras de bienes brasileños ascendieron a u$s 1547 millones, describiendo una caída del 4,8% en términos interanuales.
Así, transcurridos ocho meses de este año las exportaciones alcanzaron los u$s 7280 millones, mientras que las compras a Brasil treparon a u$s 11.537 millones, arrojando un saldo de u$s 4258 millones. Los analistas estiman que la tendencia se mantendrá en el último cuatrimestre de 2018, cerrando el año con un saldo negativo de la balanza comercial para la Argentina en torno a los u$s4500 millones. De cumplirse el pronóstico, sería una importante mejora del rojo comercial registrado en 2017, que llegó a u$s 8184 millones.
Uno de cada dos dólares (50%) que ingresan al país producto de las exportaciones a Brasil provienen del complejo automotriz, mientras que dos de cada diez dólares (18%) corresponde a exportaciones de productos primarios, con fuerte participación de cereales, en especial trigo. En estos dos grandes rubros, junto a las exportaciones de carne, productos químicos y petroquímicos están cifradas las esperanzas argentinas.













