

En un esfuerzo por contener la propagación del coronavirusen Europa, donde viene atravesando la segunda ola, la canciller de Alemania, Angela Merkel, le pidió a la Unión Europea (UE) que cierre todas las estaciones de esquí durante Navidad y Año Nuevo.
Pero su propuesta ya enfrenta la resistencia de Austria, cuya industria de deportes de invierno es un pilar clave de la economía.

Valle de Hollenakar visto desde el resort de esquí Ischgl en Austria - Bloomberg
Merkel también apeló a los ciudadanos a evitar hacer viajes turísticos. "La temporada de esquí se acerca, (y) presionaremos para que se vote en Europa el cierre de todas las estaciones de esquí", dijo a los legisladores alemanes en el Bundestag (Parlamento).

Pero también reconoció que sería difícil lograr que la prohibición se haga extensiva a toda la UE por Austria. De hecho, ayer el canciller austriaco, Sebastian Kurz, dijo que "no es un asunto en el que la UE deba interferir", lo citó el Financial Times.
Y también la Comisión Europea explicó que la decisión de permitir o no el esquí es asunto de los gobiernos nacionales, no de Bruselas. "Esto no es una competencia europea", aclaró.

Davos, en Suiza - Bloomberg
Pero también enfrentó resistencia de Suiza y de los operadores de teleféricos en Alemania. Una prohibición de deportes de invierno sería catastrófico para las regiones afectadas y además, incomprensible, dijo Matthias Stauch, presidente de la Asociación de Funiculares Alemanes. En diálogo con FAZ, se refirió a que el ejercicio al aire libre es saludable y los casos de infecciones en Ischgl no surgieron en la práctica de esquí.
Por la segunda ola de coronavirus en Europa, el premier italiano, Giuseppe Conte, había propuesto mantener cerrados los centros de esquí hasta el 10 de enero como mínimo, y con esa declaración desató un debate entre los países alpinos.













