

Movimientos sociales de Brasil realizan hoy una concentración en San Pablo bajo el lema "Marcha popular por las reformas, contra la derecha y por más derechos", en el marco de una semana de actividades que impulsa un referéndum sobre la convocatoria a una Asamblea Constituyente que pueda reformar el sistema político brasileño.
Según el presidente de la Central Única de Trabajadores (CUT), Vagner Freitas, uno de los responsables de la organización de la concentración, la marcha es una forma de pedir respeto por la elección de la mayoría.
"La derecha revuelta busca un tercer turno y trata de hacer fracasar al gobierno de la presidenta Dilma Rousseff", elegido por el 51 por ciento de los brasileños en las últimas elecciones del 26 de octubre . "El movimiento es en contra del golpe y el odio", afirmó, según citó la Agencia PT, ligada al oficialista Partido de los Trabajadores.
Para el dirigente, sectores de la sociedad que "fomentan el rechazo a la decisión de las urnas no entienden que la elección fue ganada por la pauta de los que exigen cuatro años más de cambios y mejoras para el país". "Ganó un programa que da prioridad a la agenda de los trabajadores, y a la reforma política, tributaria y agraria ", agregó.
La concentración, convocada también por el Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra (MTST), Colectivo Juntos, Colectivo Ruas, entre otros, se realizó en la avenida Paulista.
La semana también tuvo movilizaciones en varias ciudades del país, y se organizaron en ese sentido eventos y actividades que se cerrarán mañana por la tarde con una caminata por el centro de San Pablo.
De acuerdo con el secretario nacional de la campaña, Lucas Pelissari, la participación de todos es una manera de convencer al Congreso a aprobar el proyecto que habilite la Constituyente.
"Sabemos que la población movilizada puede presionar al gobierno y en este momento la reforma política está en boga por eso hay que aprovecharlo a favor del avance del proyecto ", explicó.
El Plebiscito Popular, una iniciativa que elaboró la CUT y el Movimiento Sin Tierra, donde se difundió la importancia de las reformas y donde se instalaron urnas en todo el país para que la gente dijera si quiere o no que se llame a una Constituyente, "cobró impulso con la firma de cerca de 8 millones de personas para que se realice ese acto político", destacó Pelissari.
A partir de ahí, fue elaborado y presentado ante la Cámara. Si se aprueba, los votantes tendrán que responder si están a favor o en contra de una Constituyente para reformar el sistema político.
La presidenta Rousseff se comprometió durante su campaña electoral a llevar a cabo la reforma que permitirá entre otros puntos finalizar con la financiación privada y anónima de las campañas, y la democratización de los medios, entre otros puntos.
No obstante, el proyecto debe ser acompañado por el Congreso que debe aprobar el proyecto y habilitar llegado al caso a una Constituyente.
FUENTE: Agencias San Pablo













